Nueve meses sin ti. [Drakey/omegaverse]

⤛Final⤜

Este es el final que más me ha costado escribir, lo cambié y reescribí varias veces. Es mi primer intento de escribir una historia completamente angst, pero aún así no pude quedarme solo con este final y traté de escribir uno alternativo más agradable para el resto que en serio deseaba algo más bonito. De cualquier manera, gracias por leerme pese a que muchos sufrieron en el proceso, no es la historia que más ha sido apoyada y soy consiente de que muchos la dejaron tirada conforme iba avanzando, por lo que estoy muy, muy agradecida con los que la apoyaron hasta el final, en serio muchas gracias y que sepan que me hicieron muy feliz ♥

⚠Intento de suicidio y mención de él.

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Abrió un poco los ojos y los cerró tras recibir toda la luz del sol en los ojos, estaba bastante claro. Tenía tiempo que no lograba dormir toda la noche y era extraño, se suponía que ahora con un bebé comenzaría a dormir menos de lo que ya lo hacía.

Akemi estaba muy callado, solo lo alimentó una vez desde que nació por lo que era extraño que no hubiera llorado para comer o cambiarle el pañal. Movió su mano en busca de su bebé, pero su cama estaba completamente vacía. Abrió sus ojos de golpe, su hijo no estaba por ningún lado.

—Akemi... —tenía miedo de revisar el suelo y que se hubiera caído de la cama. Se sentó sin importar cuanto le doliera el cuerpo, pero no lo encontró en el suelo. Buscó con la mirada por todo el cuarto, pero no lo veía. — ¡Akemi! —no sabía de qué servía gritar como si su bebé pudiera llegar hasta él.

Las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos. Estaba desesperado, ¿dónde está su cachorro? ¿Qué había pasado? Después de que se durmió no lograba recordar nada, solo que tuvo mucho sueño de repente, ¿fue por el parto? Estaba seguro de que no había forma de tener el sueño tan pesado de la noche a la mañana.

— ¿Despertaste? —Sanzu ingresó a la habitación. ¿Dónde estaba Hanma? Se supone que es quién debía pasar la noche con él.

— ¿Dónde está Akemi?

— ¿Quién?

—No estoy para tus juegos estúpidos, Sanzu, ¿dónde está mi hijo?

—Ah, el engendro... —hizo la mímica de estar pensando, se veía realmente falso. — ¿Quién sabe? Tú estabas a cargo de él, ¿no? Tú deberías saber. —quiso pegarle, lo iba a hacer con toda la fuerza que tenía en ese momento, pero tras intentar levantarse se dio cuenta de la cadena en su muñeca. — ¿Quieres desayunar? Por primera vez podrás desayunar sin sentir nauseas.

—Si le hiciste algo a mi hijo me voy a encargar de matarte con mis propias manos, Sanzu.

—Ya veo. —y con esto se retiró de la habitación.

No podía controlar nada de sí, todo su cuerpo temblaba y al temer lo peor sus lágrimas no se detenían. ¿Dónde estaba su bebé? Sabía que Sanzu lo detestaba desde el momento que supo de su existencia, pero no pensó que podría llegar a hasta ese extremo. ¿Realmente sería capaz de lastimar a un ser tan pequeño solo por odio? No lo entendía, su cachorro no era culpable de absolutamente nada, ¿acaso era justo condenarlo solo por ser hijo suyo y de Draken? Estaba tan convencido que ese era el motivo. No sabía que tan capaz era Sanzu de hacerle algo malo a su bebé, no sabe si lo llevó a algún lugar donde lo abandonó o si le había hecho daño, pero estaba seguro de que fuera lo que hiciera con él es porque se dio cuenta de que era hijo de Draken... O por lo menos eso le decía su intuición, ¿el odio realmente era tan grande?

Gritó lo más fuerte que pudo. Apenas nació su cachorro le prometió que lo iba a proteger, ni siquiera pudo intentar cumplir su promesa. Necesitaba saber que estaba bien, si se lo llevó otra persona o lo abandonó en algún lugar tenía la mínima posibilidad de recuperarlo, mientras estuviera vivo tendría esa oportunidad.