Capítulo 1

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It turned into something bigger.

Somewhere in the haze, got a sense I'd been betrayed.

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Pansy bate sus pestañas encantadoramente y se lleva un pedazo de galleta a la boca mientras Draco la mira con seriedad.

—¿Me dirás por qué estás aquí?

—¿No puedo visitar a mi mejor amiga?

Draco rueda los ojos y Pansy le da una bonita sonrisa. Draco está a punto de decir algo más, pero la chimenea hace ese típico sonido cuando una llamada vía flu está en espera.

Pansy hace un gesto con su mano, indicando que puede recibir la llamada y Draco así lo hace.

Cuando está frente a la chimenea, el rostro de su madre es lo primero que ve.

—Oh, mi amor, sigues ahí —Narcissa se ve abatida, hay una mezcla entre preocupación y molestia en su rostro—. Tu padre y yo estábamos esperando que llamaras.

Una tos falsa se escucha de fondo y la voz de Lucius Malfoy murmura algo como yo solo espero maldecir a ese imbécil.

—¿Pasó algo, madre? —Draco se las arregla para mantenerse seria, siempre ha sido buena en eso—. ¿Padre está bien?

Narcissa frunce el ceño, se gira para hacer callar a su esposo y después vuelve a mirar a su hija.

—Tu padre solo está molesto —dice, pero la voz de Lucius declara lo contrario en algo parecido a un gruñido—. Cariño, hm, ¿dónde está el señor Potter?

Draco se ríe divertida.

—¿Señor Potter? ¿En serio, madre? No lo llamas así desde hace meses —Draco vuelve a reír—. Bueno, Harry no está por ahora, desde ayer en la mañana salió con Ronald y me mandó un patronus avisando que se quedaría en la casa de los Weasley.

Esas palabras parecen ser lo último que Lucius puede permitir escuchar y su cabeza es lo siguiente que aparece en las llamas verdes.

—¡Ese hijo de...! —el hombre se detiene cuando su esposa lo pellizca—. ¿No pudo ser un maldito Gryffindor y decirte la verdad? Sabes, eso no importa ahora. Draconis, mi niña, es una humillación lo que El Profeta hizo, pero...

Draco levanta una mano, deteniendo el discurso de su padre.

—¿El Profeta ha publicado algo?

Su padre no dice nada por unos minutos y, cuando Draco está a punto de exigir la verdad, Pansy está a su lado, abrazándola.

—Vamos, cariño —susurra su amiga—. Estuve evitando esto, pero es mejor que lo veas.

Pansy corta la llamada, no sin antes declarar que ella se encargará de la situación.

Cuando regresan al comedor, Pansy le tiende el periódico y Draco lo toma, sin desdoblarlo.

—Draco...

—Quiero estar sola, Pans.

Pansy hace un puchero, pero no se aleja ni un centímetro. Cuando pasan los minutos y Draco aún no ve la portada con la noticia del día, Pansy la lleva a la sala, hace que Draco tome asiento y se sienta a su lado.

—¿Desde cuándo lo sospechaba? —Pansy habla en voz baja, acariciando el pelo brillante y platinado de su mejor amiga. Draco no dice nada, solo tiene un semblante serio que parece puede romperse en cualquier momento—. Yo, ay, mira, te juro que lo voy matar y vamos a celebrar sobre su tumba.

The great warWhere stories live. Discover now