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En México se hallaba el reclusorio de alta seguridad Preventivo Varonil Norte, y en él, estaban Fang y Buster encerrados. Discutían con respecto a lo que hacían.

— Haz caso a Byron y confiesa en contra de Emiliano —le repitió Buster a Fang— ¿te acuerdas en lo que quedamos cuando lo del lavado de dólares inició? Sin marcha atrás, Fang.

— Es que yo no puedo decirle ese montón de mentiras a Lola. ¡Me va a odiar si se entera de la verdad! —Fang colocó sus manos en su rostro desesperadamente.

— Te vino a visitar, no le puedes dejar ahí parada. Te va a odiar más si lo haces.

— Pero yo...

— Hazlo.

— Recluso número 00456, preséntese —dijo un oficial y ése era el número de Fang. Él obedeció y fue directo a donde le ordenaban. Ahí sentada estaba Lola, frente a una mesa, con los ojos llenos de lágrimas y su primera reacción fue correr y darle un beso en los labios con mucha fuerza.

— Mi amor... —susurró antes de seguir besándolo.

— Por favor, aléjese del recluso —ordenó el oficial que lo vigilaba. Ambos se sentaron y se tomaron de las manos.

— Fang, no me creo lo que está pasando aquí... —le dijo Lola luego de unos minutos de silencio— me moría de ganas de verte, hablarte... —ella acarició su mejilla— te extrañé tanto, mi amor.

— Odio que estés pasando por esto, Lola... Tú no te lo mereces.

— Ahora mismo deberíamos habernos casado, tú y yo deberíamos estar en nuestra luna de miel... ¡Todo se arruinó, Fang! ¡Todo!

— Lo siento...

— ¿Por qué te disculpas? ¿Eres culpable, Fang? —ella retiró sus manos— ¿eres culpable? Dime la verdad... —hubo silencio por parte de Fang—. No me importa la respuesta, yo no te voy a juzgar.

— No, no soy culpable —Lola suspiró aliviada. Esperaba ya un: sí, soy culpable, se había preparado mentalmente, aunque era difícil de igual forma.

— Entonces no te preocupes, verás que saldrás pronto si eres inocente. Yo sabía que eras inocente, como Emiliano. Emiliano es inocente también, ¿verdad?

Fang no quiso decir nada. Lola se espantó y lo miró preocupada.

— ¿Él es culpable? —no le respondió— ¿por qué no me dices nada? ¿Lo es? ¡Dímelo! —gritó— no sabes todo lo que hemos pasado mi familia y la tuya, somos el hazme reír del mundo. Muchos me han dicho que soy la prometida y la hermana de dos ladrones. ¡No me lo merezco! ¡Tú mismo lo dijiste!

— Basta, Lola, basta... —dijo ya dejando que las lágrimas se le salieran a Fang.

— ¡No! ¡Dime si Emiliano es culpable! Quiero saber... —su voz empezó a quebrarse— si Emiliano, mi único hermano, es culpable... Si huyó porque lo sabe y los dejó a ustedes colgados... ¡Quiero saberlo, Fang!

— Creo... creo que sí lo es... —dijo con un hilo de voz casi imperceptible. Lola casi se cae del asiento, lo había escuchado con toda claridad: su hermano era culpable y huyó como un delincuente.

— Mi amor, tú eres inocente y no me mientes, ¿verdad? —Fang asintió— bien... Solo di la verdad en la Corte entonces —ella hizo un intento de sonrisa y le dio un beso más— siempre di la verdad y nada te va a pasar...

Fang ahora era el peor ser del mundo. Nunca mintió con que amaba a Lola, pero estaba lanzando al agua a su cuñado. Sabía que sus actos algún día tendrían su consecuencia, aunque no esperaba que Lola estaría tan involucrada.

Entre Mariachis y Amores (Poco x Emz)Where stories live. Discover now