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Poco estaba desanimado esa noche no solo porque no estaría con Emz para irse a su casa, sino porque además de eso, había visto una escena que no quería ver y escuchado comentarios que no quería escuchar. Redundante, pero así era. Todo ese lío en su cabeza inició de esta manera:

— Eh, maestro —sonrió Colt al llamarlo entrando al camerino—. Lo hizo muy bien para ser su primer noche cantando en el bar Garibaldi —Poco asintió como muestra de agradecimiento—. ¿Ya está listo para la serenata de hoy?

— ¿Cómo trabajan eso? Me refiero a que, quiero saber qué debo hacer o decir...

— Nos vamos todos los del grupo en el carro que es conducido por 8-bit —empezó a explicar—, el Coloso nos explica dónde y para quién es la serenata. Cantamos un par de canciones y nos pagan, después cada quien para su casa. A cada uno nos pagan 25,000 pesos.

— Unos... 6 dólares —susurró Poco haciendo la cuenta y Colt asintió.

— Más o menos eso. Oiga, ¿usted de qué trabajaba en México para ser bueno en matemáticas?

Economista, eso era cuando todavía lo llamaban Emiliano, y estaba claro que no lo diría.

— Era mecánico, pero cuando estaba en la prepa me iba bien en las matemáticas.

— ¿En la prepa? —preguntó confundido Colt.

— Am... Lo que va antes de la universidad, ¿cómo le dicen ustedes?

— Ah, usted se refiere al bachillerato. Sí, ya le entendí.

— ¡Manada! —escucharon que Edgar llamó al grupo—. Cojan el carro de 8-bit para irnos ahora mismo... —Poco no pudo evitar soltar una risa por lo que dijo el pelinegro y su risita no pasó desapercibida por el mismo. Edgar lo fulminó con la mirada y se le puso de frente—. ¿Dije algo chistoso, "príncipe" de México?

— Eh... No, nada —respondió Poco—, me recordé de un chiste que me contaron el otro día.

— ¿Nos lo puede contar entonces?

— No es tan gracioso a decir verdad... —se encogió de hombros Poco. 

— Bromitas, noviazgos y burlitas fuera del bar, ¿me entendió? —Poco asintió acomodando su sombrero de mariachi—. Bueno..., como les iba diciendo... —Edgar tomó su sombrero también y se miró al espejo para acomodarse el moño—, vayan todos a coger el carro de 8-bit —Poco tuvo que tener mucho autocontrol para no reírse de nuevo y, como el Coloso dijo, todo el grupo se fue a buscar el carro.

En el camino, Poco se tropezó con alguien, o mejor dicho con la causante de que Emz se enojara con él hace un muy corto tiempo atrás: Colette. Pareció que ella le recriminaría el choque, pero al notar que era Poco con el que se accidentó, su gesto cambió totalmente a ser uno amable.

— Perdone... —murmuró él queriendo huir de ahí, sin embargo, Colette se paró frente a él deteniéndolo.

— ¿Quieres huir de mí? —sonrió pícara—. ¿No quieres repetir ese beso que nos dimos?

— No, gracias... —volvió a murmurar intentando escapar.

— ¿Qué pasa? ¿La mosquita muerta de Emz se enojó contigo?

— No hable así de Emz —ese comentario que hizo Colette agotó la poca paciencia que le quedaba a Poco.

— ¿Qué dije de malo? ¿No está muerta?

— Al igual que yo —le replicó—. Me tengo que ir, me esperan allá afuera.

— Ten mucho cuidado con Emz —agregó logrando así que Poco detuviera su paso y la mirara—, tú no eres el único novio de Emz. Está también el Coloso.

Entre Mariachis y Amores (Poco x Emz)Where stories live. Discover now