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—No sabemos qué es esta cosa, no sabemos quién la envío, ni por qué la trajiste tú —miró a la chica. Después de la breve conversación entre las jóvenes, se encontraron en la enfermería, revelando que Teresa había traído consigo dos jeringas sin saber qué contenían o qué podían hacer con ellas —. Hasta donde sabemos, esto podría matarlo.
—Ya está delirando —exclamó Thomas con obviedad —, quiero que lo veas Newt —el rubio giró, observando cómo Alby tenía cada vez más un peor estado —, ¿cómo podría esta cosa empeorarlo? Tenemos que intentarlo.
—Okey, hazlo —Newt le tendió la jeringa a Thomas tras unos segundos de meditación, quien la recibió de inmediato y se acercó a Alby. Listo para inyectarlo, Alby levantó levemente su cabeza mirando a Thomas, eso pareció enojarlo, pues sujetó al chico de su camiseta con brusquedad.
—¡No deberías estar aquí! —le gritó a Thomas mientras esté estaba paralizado, Lizz se levantó de la cama en donde habia estado sentada.
—¡Sujetenlo! —ordenó Newt mientras intentaba que soltara al castaño.
Lizz se unió a los chicos en un intento de apartar al líder del Corredor, mas cuando la joven vió la oportunidad, agarró de la mano de Thomas la jeringa y notando que Newt lograba separar a Thomas del líder, alzó su mano y con toda su fuerza la inyectó en el pecho del moreno. Este se calmó de inmediato. Todos retrocedieron mientras lo observan con terror y desconsuelo, jadeando por la impresión del momento. Lizz soltó la jeringa y miró a Thomas con preocupación.
—Hey, ¿estás bien? —Lizz se acercó al castaño.
—Yo... Sí —respondió desorientado.
—Pues, parece que funcionó —mencionó Jeff.
—Escuchen, a partir de hoy, alguien se quedará aquí vigilandolo día y noche —todos se quedaron en silencio ante la exigencia del rubio.
—Hey —Gally entró a la habitación —, anocheció novato, vámonos —Thomas dió una última mirada a Teresa y salió de la habitación junto a Gally.
—¿Cómo sabías que funcionaria, Lizz? —preguntó Clint viendo a la chica.
—No lo sabía —miró al líder con desánimo, esperando que este mejorara y pudiera guiarlos. La chica dió media vuelta y abandonó la habitación, caminando hacia el pozo.
Al acercarse escuchó como Thomas hablaba con Chuck. Y al no querer interrumpir, y al mismo tiempo la curiosidad que le generaba el qué estuvieran hablando la llevó a esconderse detrás de un árbol. Aprovechando la tenue luz que emanaba una pequeña lámpara para escuchar sin ser descubierta.
