Rubicela/ capítulo 9

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¿Que eras un qué? Esto es demasiado para mi, en serio es demasiado. No entiendo, como que ¿Qué era?


-Espera ¿como? ¿Cómo que eras un Transbled?


-Transfer blood.


-Eso denso.


Sam miró a Kiliam y esperando una respuesta este le dijo:


-Mira, es complicado ¿si? Primero, No sé ni como estoy aquí ¿okey?


-¿Puedes explicarme lo de ainerbeld también?


-...Inner blood.


-Eso denso.


-Quizás de eso el indicado es el viejo, no yo.


-¿También me explicas lo de finersblod?


-....First Blood....


-Eso denso.


-Mira no me estás poniendo atención y estás ignorando por completo lo que digo, te repito que es complicado y tampoco tengo total conocimiento de todas las ramas del blim. Pero si me pones atención y dejas de ignorarme, te diré lo que pasó conmigo. Pero pon de tu parte.


Sam callado y bajando su hiperactividad dijo:


-Lo siento... puedes empezar.


-Primero, imagina o haz un lugar más habitable aquí, este lugar es oscuro y ni una silla hay en este cochino lugar.


-Pero... ¿como hago eso?


-Imagina un lugar mejor, es tu subconsciente, tu mente.


Sam cerró sus ojos y empezó a imaginar, inmediatamente apareció un sillón y el lugar se convirtió en un cuarto un poco claro pero manteniendo su oscuridad.


-¿Puedes aparecer un televisor? Dijo Kiliam...


Sam con los ojos cerrados preguntó:


-¿Para qué quieres un televisor?


-...Me gustan los canales de cocina...


-Pero... ¿como haré que llegue la señal?


-AAAAAh daaaaa, es tu subconsciente solo imaginalo, no hay impedimento con tu mente o lo que desees porque es tu cabeza.


-Okey... lo intentaré...


Sam empezó a imaginar y forzando un poco y notándose en su mirada y con sus ojos cerrados logró hacer lo que kiliam quería.


-¡Viste! Fué fácil.


De pronto empezó a aparece muebles, ropa, tenis, libros, instrumentos, recetas.


-¡Oye, oye, OYE! ¡para ya! ¡Detente!


-Dijiste que apareciera un televisor y eso hago.


-Pero estás apareciendo más cosas.


-Si exacto, lo hago para que no molestes y me digas ya lo que quiero escuchar.


Kiliam suspiró y entre cerró sus ojos.


-Eres un joven pedante.


-Lo sé, cuenta.


Sam abrió los ojos y se sentó en un sillón que hizo aparecer.


-Si mira, creo que debemos preocuparnos por el viejo, ya qué si él pierde moriremos todos.


-Puedo... hacer...hacerlo solo, callense los dos. Decía Vergil.

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