Eight

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Jungkook jamás había visto a alguien comer tanto y a una velocidad impresionante hasta ese día, había llevado al pequeño híbrido a uno de los restaurantes de comida típica instaladas dentro del centro comercial.

Mientras que él había acabado de comer en su segunda ronda de carnes, Jimin iba ya finalizando su quinta y Dios quiera que parara en esa para tener suficiente dinero y poder comprarle lo que necesitaba.

No le quiso detener, entendía por qué Jimin comía de esa forma, empezaba a comer correctamente hasta ahora que tenía por fin un hogar y Jungkook se juró a si mismo que Jimin jamás volvería a sufrir por hambre.

-¿Has terminado, bonito?-le preguntó cuándo Jimin dejó nada más que huesos del pollo que había degustado anteriormente en su plato, el pelinegro de repente parecía adormilado.

Jimin asintió mientras revoloteaba los ojos y se sonrojaba por la forma en la que Jungkook le llamó, con torpeza se limpió el rostro con la servilleta que se encontraba en la mesa.

-Sólo necesito lavarme.-murmuró observando a su alrededor buscando los baños del pequeño lugar.

Jungkook buscó junto a él observando detenidamente hasta que vio hasta el fondo unas puertas con los típicos dibujos hombre/mujer de los baños.

-Están allá.-dijo Jungkook señalando las puertas.-Te metes al del dibujo azul o ¿quieres que te acompañe?

Jimin negó al instante mientras se ponía de pie.

-No te preocupes Jungkookie puedo solo.-le aseguró.

-De acuerdo, mientras tanto pagaré lo que hemos comido, ten cuidado y no hables con extraños.-le pidió.

Jimin sonrió considerando que tal vez su amo exageraba, pero aun así no dijo nada al respecto y se alejó en dirección al baño.

Unos minutos después de limpiarse y asegurarse que no quedó ningún rastro de comida en su rostro salió de nuevo en busca de Jungkook.

Jimin lo encontró parado cerca de la mesa pero un repentino disgusto se apoderó de él cuando no lo encontró solo, sus orejitas se crisparon dentro de la capucha del suéter al igual que su colita.

Una chica de cabello castaño con el uniforme representativo del restaurante, no se hubiera sentido molesto si la chica no estuviera tan cerca de su humano mientras jugaba con las puntas de su cabello, no podía leer la expresión en el rostro de Jungkook pero no parecía incómodo.

Caminó rápidamente hacia ambos, cuando estuvo cerca de Jungkook se abrazó a su cuerpo siendo recibido al instante por el castaño.

-Jungkook.-murmuró Jimin escondiendo su rostro momentáneamente en el pecho del castaño sin querer ver a la chica.

-Eh bueno muchísimas gracias por la atención, feliz día.-dijo amablemente Jungkook caminando hacia la salida del restaurante.

-Pe-Pero.-respondió la chica observando a ambos chicos, hizo una mueca de decepción cuando el más alto simplemente se despidió con la mano.

Caminaron sin saber realmente a donde dirigirse, Jungkook no estaba seguro a donde encontraría ropa especial y cómoda para Jimin.

-¿Quién era ella?-preguntó luego de un par de minutos caminando en silencio, Jimin ya no se encontraba abrazado a él pero estaban tomados de mano.

Jungkook lo observó extrañado.

-¿Quién?

-La del restaurante, con la que hablabas.-le recordó.

La frente de Jungkook se arrugó, sabía de quien hablaba pero no podía recordar el nombre de la chica que le ayudo brindándole la cuenta.

-Lo siento Jiminie no puedo recordar su nombre en estos momentos pero ¿qué pasa con ella? ¿la conoces?

Lovely -Kookmin-Where stories live. Discover now