Forty nine

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En el trayecto, Jimin terminó durmiéndose de nuevo mientras que Sungjae conducía en busca de su amo, para cuando despertó, no supo cuánto tiempo habían hecho de viaje.

Le despertó un ruido procedente a su lado, saltó asustado mientras limpiaba el pequeño hilo de saliva que se había escapado de sus labios producto de haber soñado con su amo, observó a su alrededor y reconoció el lugar como una gasolinera, parpadeó confundido y sus ojos se toparon con un cartel de color verde a una corta distancia suya.

Bienvenidos a Jeonbuk.

Frunció las cejas y empezó a hiperventilar, habían salido de Seúl, estaban muy, pero muy lejos de Seúl y de su amo.

Con las manos temblorosas trató de quitarse el cinturón de seguridad mientras buscaba con la mirada a Sungjae, estaba solo dentro del auto y necesitaba que el pelinegro le explicara que estaba pasando.

Cuando por fin se liberó del cinturón, jaloneó con desesperación aquella manija para tratar de salir, pero ésta no cedió, presionó ahora la pequeña pestaña junto a ella hasta alzarla para luego jalar de la palanca otra vez, pero de nuevo, no funcionó.

Sus ojos lagrimearon sin saber que hacer ahora, sostuvo su colita entre sus manos y sus orejitas se agacharon, estaba asustado y necesitaba a su amo.

-Amo Jungkook.-murmuró y sus labios temblaron cuando dejó escapar un pequeño hipido.

Observó entonces por la ventana a su lado como Sungjae salía de la pequeña tienda con una bolsa blanca en su mano y no pudo evitar encogerse en su lugar.

¿A dónde lo llevaba? ¿Por qué le estaba alejando de su amo?

Le vio rodear el auto por enfrente hasta llegar al lado del piloto, abrió sin dificultad la puerta y cuando sus ojos se encontraron, Sungjae se paralizó.

-Oh, veo que has despertado.-dijo con una media sonrisa mientras ingresaba al auto y cerraba tras él.

Jimin tragó saliva y se apegó lo más que pudo a la puerta.

-Su-Sungjae ¿Dónde estamos?

El pelinegro no le respondió, en su lugar dejó la bolsa en el asiento trasero, se colocó el cinturón de seguridad y encendió el auto para ponerse en marcha.

-Esperaba que durmieras más, nos queda unas cuantas horas todavía.-murmuró y encendió ahora el radio.

Jimin gimoteó y apretó su colita entre sus manos.

-¿A dónde me llevas?-preguntó ahora.

-A casa.-respondió con obviedad.

Jimin negó frenéticamente.

-Este no es el camino a mi casa.-murmuró.-Ju-Jungkook e-está...

Sungjae le dio una mirada que le heló la sangre, le vio apretar la mandíbula con fuerza para luego regresar su mirada a la carretera.

-Tratemos de no decir su nombre nunca más.-ordenó.-Ese imbécil no te merece, Jimin, te puso en situaciones peligrosas y yo no puedo permitir que eso vuelva a suceder, estarás mejor conmigo, viviremos en una bonita casa en Jindo, seremos solo tú y yo, lejos de lo que te pueda dañar.

-¡No! ¡No! ¡Estás loco! No quiero irme contigo, llévame con mi amo, ahora, no puedes hacer esto.-gritó Jimin desesperado y empezando a llorar de la impotencia.

-Sé que justo ahora no te gusta la decisión pero me lo agradecerás luego, Jimin.-continuó Sungjae como si nada.-Olvidarás pronto a Jeon, yo lo sé.

Jimin lloriqueó y se lanzó contra Sungjae para tratar de girar el manubrio y volver por el camino que iban, Sungjae maldijo en voz alta mientras forcejeaba con él, era una suerte que la carretera estuviera sola, de lo contrario ya hubieran causado algún accidente.

Lovely -Kookmin-Where stories live. Discover now