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El lugar donde los talleres se impartían no gozaba de tantos trabajadores, eran siete como máximo incluyendo a la omega Jeon y eso era demasiado poco para la cantidad exuberante de personas que llegaba cada día.

Luego de algunas amenazas de por medio y un incómodo viaje hasta ese punto de la manada, los tres por fin llegaron y mientras EunJi hablaba con algunas personas, los dos rivales observaron todo el lugar con diferentes sentimientos.

Uno con curiosidad y emoción.

Otro con aburrimiento y molestia.

—Muchachitos, ¿Pueden darme sus nombres?— Preguntó con amabilidad una mujer mayor.

—Señora Hwa, un gusto verla de nuevo.— Habló el alfa haciendo una reverencia a la omega.

La ancianita abrió los ojos sorprendida y luego soltó una pequeña risa para sostener una de las manos del alfa.

—¿Jungkookie? Lamento no reconocerte, mi niño.— Se disculpó.

—Yo debería disculparme, hace bastante tiempo que no vengo a visitarla.— Lamentó con una sonrisa apenada.

La omega sonrió comprensiva.

—Tu tienes muchas responsabilidades ahora que serás el nuevo líder, no puedes perder tiempo visitando a una anciana como yo.

Jungkook intento sonreír pero un sentimiento de culpa y tristeza lo invadió. Cada día extrañaba más ver los ojos expresivos y llenos de vida de la mujer, sus tardes de cuentos y anécdotas sobre la vida, los postres que preparaban juntos, sus caminatas por el bosque.

La extrañaba.

Extrañaba a su abuela.

La mujer que tenía en frente solo era una muy pequeña parte de lo que quedó de ella luego de que su condición la afectará por completó, perdió la visión de sus ojos pero además una gran parte de su memoria.

Las cosas pasan por una razón. Le había dicho por última vez antes de despertar sin recuerdos.

Tal vez tenia razón pero aún dolía.

—¿Y tú?— La voz de la mujer lo saco de sus pensamientos, la omega tenía su atención puesta en Jimin.

—¿Yo?— Contestó observando con una ceja arqueada a la anciana.

Hwa asintio y el omega desvío su mirada un tanto incómodo por los ojos opacos de la mujer sobre él.

—Park Jimin.— Respondió con desinterés.

La mujer soltó las manos de su nieto y dió unos pasos hasta llegar al pelinegro, Jimin se exaltó cuando la omega tomo sus manos pero antes de poder decir algo, ella habló.

—Park Jimin... Hijo de Park Jeechul y Lee Haerin, llevas la maldición de la sagrada luna en tu sangre y en tu pasado, la oscuridad domina en tu alma y un rencor que no te pertenece se volvió tu sombra, si sigues el camino del lobo blanco podrás sanar tu corazón y recuperar tu espíritu.

El omega se quedó sin habla y la anciana con una pequeña sonrisa soltó sus manos.

—Ire a charlar con tu madre, querido.— Se dirigió a Jungkook.— Alguien vendrá a hablar con ustedes para indicarles que deben hacer.

Sin más, la mujer se fue dejando confundidos a los dos jóvenes, uno más que otro y con una sensación amarga en su boca.

—¿Que quiso decir esa loca?

El alfa soltó un fuerte gruñido que hizo que Jimin retrocediera un paso por instinto.

—Ten respeto por mi abuela, maldición.

¡¿Soy un omega?! • KOOKMINWhere stories live. Discover now