Pedri me había hecho una promesa, si iba al partido de hoy, venía a mi casa a estudiar. No tenía más remedio de estar 90 minutos viendo como unos chicos movían una pelota. Y también acepté ya que era sábado y como no tenía nada que hacer, y obviamente que no me iba a quedar en mi casa todo el día, aunque no era mala idea...
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Después de hablar un rato con Sara, me dirigí al baño para cambiarme, ya que ya se me estaba haciendo un poco tarde. Aunque venía Pedri con Fer a recogerme, pero ya quería estar preparada. Me duché y me sequé el pelo. Después, me hice una coleta para disimular los pelos recién salidos de la ducha. Me puse un poco de rímel y un poco de vaselina. Pasé a cambiarme, me puse un top negro con unos shorts, encima una camisa abierta y lista.
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Bajé abajo para esperar a Pedri y me encontré a mi madre con mi hermano, Manuel.
—¿Dónde vas?—Me preguntó mi madre mientras veía una serie
—Voy al Camp Nou, a ver un partido
—¿¡Qué!?—Soltó mi hermano—¿Tú yendo a ver un partido de fútbol? Que sepas que son 90 minutos y seguramente, viniendo de ti, no aguantarías estando allí...
—Voy porque me ha prometido Pedri, que si voy a verle, viene a estudiar
—¿Va a venir Pedri?—Dijo mi madre sonriéndome
—Puede ser—Hice una mueca de asco
—¿¡VA A VENIR PEDRI GONZÁLEZ A MI CASA!?
—Ni que fuese famosísimo—Rodeé los ojos
—¿Qué no es famoso?—Suspiró—Haré que no escuchado nada
—Venga Manuel, sigue con tus cosas. Que emoción que venga Pedri, hace años que no lo veo—Sonrió mi madre
—Uf, otra obsesionada con Pedro—Bufé y al segundo me llegó un mensaje de él—Hablando del rey de roma
