Capítulo XIV

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—¿Muy bonita la conversación de ayer, eh?—Dijo Manuel, mientras cambiaba el canal de la televisión cada segundo.

—Sí, y la tenías que arruinar—Rodeé los ojos.

—Bueno, lo siento—Alzó las manos—Quería ver si estabas bien. ¿Ves que no puedo ser un buen hermano? Si lo soy te quejas y si no lo soy también. ¿Sabes qué? Te odio. Esto es como un enemies to lovers , pero enemies to enemies, pero de hermanos.

Mientras Manuel hablaba, dejé de prestarle atención cuando empezó la segunda frase. Pedri me había mandado un mensaje. Un mensaje que me soltó una sonrisa.

Pedri: Tengo que estudiar y no lo entiendooooo
¿Viene a ayudarme la mejor profesora del año y la que más quiero ?

Martina: Que gran excusa para verme, Pepi.

Pedri: Pero ha funcionado ¿no?

Martina: Claro. En unos minutos me abres

Pedri: Te espero :)

—Me voy—Dije mientras me levantaba del sofá.

—¿Eh? ¿Martina, dónde vas? ¡Espera! ¡Íbamos a ver una serie juntos! ¿No? ¡Martina, que soy tu hermano! ¡Ven a pasar tiempo conmigo!

Ya era tarde, ya estaba caminando hacía la casa de Pedri.

***

—¡Hola, Martina! ¡Que guapa que estás!—Dijo la madre de Pedri a lo que yo le agradecí—Ven, pasa.

—¿A que sí? Juraría que cada día la veo más guapa—Habló Pedri, metiéndose en la conversación.

—Vamos, cariño. ¿Quieres algo de comer? O....¿de beber?

—No, muchas gracias.

—Vale. Chicos, yo voy a estar en el salón organizando las estanterías—Miró a su hijo y le puso su mano en el hombro—¿Al final vas a llevarla a...?

—¿A dónde?—Solté con rapidez, a lo que Pedri me miró con sorpresa.

—Tenía pensando llevarte al cine... pero si no quieres podemos que...

—¡Claro que quiere! ¡Si te lo he dicho!—Intervino su madre.

—¡Pero deja que hable ella!—Pedri me miró y suspiró—¿Quieres?—Dijo con un tono relajado.

—Claro que quiero—Esbozó una sonrisa y pasó su brazo por mi hombro.

—Pues hasta luego, mamá.

—¡Adiós chicos, tened cuidado eh!

Nos despedimos de Rosi y al cabo de unos minutos, ya estábamos entrando al cine.

—¿Pero no que íbamos a estudiar?—Dije mientras subíamos por las escaleras a oscuras.

—Si ya, a estudiar. Aunque hubieras venido para estudiar, hubiéramos terminado en la cama.

Yo me giré hacía él, sorprendida. Mientras él me miraba con un rostro relajado, pero al ver mi sorpresa, puso una sonrisa burlona.

—Pero que malpensada, Angles. Decía en la cama pero viendo películas. ¿Qué te pensabas, eh?

—Na-nada, nada—Él alzó un ceja mientras yo estaba roja. No hacía falta verme, sabía que tenía las mejillas teñidas de rojo.

𝐘𝐎𝐔 𝐁𝐄𝐋𝐎𝐍𝐆 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐌𝐄 | Pedri GonzálezWhere stories live. Discover now