—Sí, ¿que tal tu maravillosa cena del sábado con Pedri?—Dijo chocando su codo con mi codo, con una sonrisa.
—Genial—Ironicé poniendo los ojos en blanco.
—Anda, no creo que te haya ido taaaaan mal. Pedri es.... ¿majo?
—Insoportable.
—Tampoco te pases. Tiene sus dificultades, pero son pocas.
—Si claro, pocas. Es pesado...insoportable...egoísta...
—¿Ves? Pocas—Sonrió—Yo pienso que haríais buena pareja.
—Ya—Me miró sorprendida—Digo... Que sé que piensas eso.
—¿Segura?—Me miró divertida.
—Segurísima.
—Aún así seguiré pensando que te gusta.
Suspiré cansada y saqué el móvil, vi que tenía tres mensajes.
Pedri, Pedri y Pedri.
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—¿Quién es?—Dijo Sara alzando su mirada a mi móvil disimuladamente.
—¿Quién crees?
—¿El amor de tu vida?—Me sonrió divertida.
—Taylor Swift no tiene mi número.
—Hablaba de Pedri, tonta.
—Ese sería el error de mi vida.
—Que difícil que eres, ya verás que en menos de unas semanas estarás coladita por él.
Puse los ojos en blanco y ella rió.
Llegué a casa
—Has tardado—Dijo Pedri levantando su mirada en mi.
—Es que... Estaba probándome unas camisetas—Mentí.
—Pues hubieras mandado foto—Mi madre levantó su mirada sorprendida a las palabras de Pedri, me miró divertida mientras yo me ponía como un tomate.
Que cosas dice este crío.
—Bueno...—Dijo mi madre rompiendo el silencio—Justo en estos momentos le estaba enseñando a Pedri tus fotos de pequeña. ¿A qué se ve monísima en esta foto?—Dijo señalándole una.
Pedri quitó su mirada de mi, poniéndola en el álbum.
—Uf si, que mona. Que pena que haya cambiado tanto—Mi madre soltó unas carcajadas mientras yo suspiraba.
Un, dos, tres. Pronto se irá y estaré viendo Gilmore Girls mientras me zampo una tarrina de helado.
—Lo siento mamá, pero me lo tengo que llevar. A estudiar—Me acerque a él y le tiré del brazo hacia mi, él me miró sorprendido y soltó una sonrisa.
