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Tal vez soy muy injusto pero no los soporto y los quiero lejos, lo más lejos posible.

Han vuelto. Esas molestas pesadillas han vuelto. ¿Tenían que hacerlo ahora?, ¿era necesario aparecer ahora?

Nunca seré capaz de comprender el caprichoso funcionamiento de mis recuerdos, parece que solo aparecen cuando tienen ganas de traer abajo todo lo que logro tras cada sesión de terapia. ¿Por qué tienen que volver cuando parece que están disueltas?

No sé si es frustrante o aterrador, pero sé que esos sueños no traen absolutamente nada bueno consigo. No he podido conciliar el sueño por miedo a que vuelvan a aparecer, y los días que conseguí dormir un par de horas allí están, listas para atormentarme.

Hablé con mi psicóloga acerca de esto y fue sumamente raro, ella dijo cosas raras. O tal vez solo me parecen raras porque suenan ciertas. Ella me pidió que describiera lo que pasa en cada una y lo hice.

Generalmente parece el fragmento de un recuerdo, y luego se repite el mismo bucle: cuando estoy por tomar la mano de una figura que no reconozco nos separa una llama de fuego rojiza, al principio es linda y brilla de una forma peculiar, pero después quema mi mano. Conforme avanzan los segundos el fuego se expande y comienza a quemar mi brazo, se extiende por mi cuerpo haciéndome arder de a poco, y consumiéndome. Por fin, tras haber torturado cada extremidad en mi persona, se extiende hasta mi rostro, y se detiene en mi ojo. Al llegar al mi ojo izquierdo es absorbido por mi piel y comienza a causar una presión en extremo dolorosa en dentro del párpado, como si esperara el segundo exacto para hacerlo reventar y por consecuencia decorar la habitación vacía con los pedazos del mismo.

Después de que no pase nada con mi ojo, la llama se va y vuelve la figura extraña.

La psicóloga me miró preocupada y prosiguió a preguntar un centenar de cosas respecto a los detalles del sueño, luego me dijo que podría tratarse de mi percepción ante el mundo. Desde su punto de vista la figura que extiende su mano puede ser cualquier cosa realmente: relacionarme, mi familia, amistades, cualquier cosa. Puede que mi padre sea la llama, o mis traumas en sí. Cualquier cosa que sea no me permite continuar con lo que debería.

No sé qué sea pero duele, y ahora es más fácil describirlo porque se siente igual incluso más doloroso que el ardor que me consumía en aquel sueño, a excepción de que arde de una forma diferente. Me arde por dentro el no poder conseguir concluir con un algo que desconozco por culpa de ese otro algo.

Ni siquiera sé de qué se trata pero quiero llorar, he querido hacerlo desde que apareció ese mismo sueño que maquinaba mi subconsciente durante las noches, cuando era niño.

¿Es así como veía un niño pequeño el maltrato? Aún existe la posibilidad de que todo esto sea solo un recuerdo desde la perspectiva de un "yo" de una edad más temprana.

Ni siquiera quiero esforzarme en saber qué carajo significa, pero creo que me frustra el desconocerlo y solo ser capaz de llorar, como si eso fuera a salvarme de morir a causa del fuego.

-S.T.

Querido diario | SerorokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora