Azul

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El Jet ya estaba en el aire volvíamos a Corea solté un suspiro de angustia al tener que dejar Italia

Khaos se encontraba mirando carpetas de posibles infiltrados en la organización
Su hermano Calix se hizo cargo de la empresa y había hecho un desastre total

—Cuando lo vea lo voy a colgar— dijo entre dientes mirando el desastre de documentos

—Te dije que se la dejarás a Amoris

—También estaba de viaje— susurro en frustrado

—¿Necesitas ayuda?— pregunte al ver su alto estrés

—Me encantaría decir que no, pero tienes el cincuenta por ciento de poder sobre la empresa y sus derivados asique si quieres no tengo problema— musitó pasándome unas carpetas que decían RP

Eran registros de los ingresos del prostíbulo del que era dueño recibían cincuenta mil wones por mes

Había una lista de clientes VIP y a las chicas que frecuentaban

Algunas de ellas no alcanzaban los dieciocho, solo había tres chicas mayores cada una recibía un pago de mil wones por noche. La más chica tenía quince

Vivían en una casa todas juntas

Las reglas del lugar protegían a las chicas y eso era calmante para mi ser

No tocar a ninguna de las mujeres en caso de que alguna sea sometida o tocada sin consentimiento el cliente ser gravemente castiga sin importar consecuencias

En los bailes privados se respetan las reglas de la chica o no hay trato

En caso de que el cliente quiera tener relaciones íntimas con la trabajadora ella debe estar de acuerdo y el cliente debe pagar una tarifa más alta impuesta por la misma

Quería visitar aquel lugar quería conocerlas e interactuar con ellas para saber si necesitaba algo

La casa era sustentada por Khaos él les proveía alimentos y ropa el sueldo que ganaban era para gastos personales

Organice los papeles hice las cuentas en forma organizada solo faltaba una firma

—¿Puedo firmar yo?— pregunte

El asintió

Firme los documentos haciéndolos válidos los deje a un costado viendo las innumerables veces que bastantes clientes trataron de sobrepasaron con las mujeres por no querer pagar una tarifa

Artemisa se había encargado de proporcionarle ayuda psicológica a las chicas y se les dio dos meses de descanso eran pocas pero las repetidas veces que trataron de tocarlas eran muchas más que con la de quince.

Mis ojos pesaban y mi corazón se afligía al leer esa información

Deje aquella lista sobre la mesa

Me levanté y me acosté en la cama que estaba en el Jet caí en profundo sueño

Sentía como si estuviera en una nube oliendo aquel olor a menta que tanto amaba
Khaos me estaba cargando hasta la camioneta me moví en sus brazos señal de que estaba despierta me dejó sobre el asiento y él subió de su lado a conducir

—Perdón por despertarte— susurro contra mi oído poniendo mi piel de gallina

Me estiré en el asiento frotando mis ojos

—Que hora es?

—Son las 10 de la noche

Durante el camino a casa estuvimos hablando de cosas tontas para no aburrirnos en la entrada nos recibió Rosa

The red kingsWhere stories live. Discover now