Julián al verme abrió su boca para hablar pero estampé mi mano contra su cara antes de que pueda decir algo y salí del cuarto, arrimando la puerta detrás mío. Su rostro hizo una mueca de confusión y alzó las cejas ante mi comportamiento.
—Está una amiga dentro— susurré, apurada —Te tenes que ir ya, ¡si se entera después se van a enterar todos!
El asintió, comprendiendo y quitó mi mano de su boca para plantarle un beso en el dorso.
—Mañana anda a la cancha después de las 8— se acercó y me dió un pico rápido —Descansá.
Después de eso se fue corriendo en un pique a su pieza.
Me quedé congelada en el medio del pasillo, procesando todo lo que acababa de pasar.
—¿Quien era?— Enzo apareció abriendo la puerta y robándome el mayor de los sustos, pero para mi suerte Julián ya había desaparecido.
Negué con la cabeza y lo empujé dentro.
—Una amiga— ya estaba nerviosa,—Enzo te tenes que ir, me la van a pudrir mal si llegan a saber de nosotros.
El parecía decepcionado, pero asintió con la cabeza de todas formas.
—Solo quería pedirte perdón por haberme hecho el gil estos días— comenzó, su voz se había vuelto grave por el sueño y sus facciones parecían cansadas— Y... nada, eso.
Se me apretujaba el alma al tener que mandarlo a su pieza otra vez. Quería dormir apretada a él, hundir mi rostro en su pecho y que me acaricie la espalda hasta que el sueño nos gane.
—No hace falta que me pidas perdón por nada— me acerqué y tomé su rostro en mis manos; acariciando mi nariz con la suya— Yo también quería verte.
Me dio un último beso antes de irse por la puerta.
Una vez en la soledad de mi cuarto, me derrumbé en mi cama soltando un largo suspiro.
¿Qué carajo estaba haciendo?
¡Soy una trola de mierda!
¿Cómo me da la cara para estarme besando con uno y salir y besar a otro? ¡Al mejor amigo encima!
Definitivamente esto no iba a terminar bien.
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—¿Qué hiciste QUÉ?— Morena gritó tan fuerte que tuve que abalanzarme sobre ella para que cierre el pico—¡Hermana, vos sos la verdadera elegida de Dios!
—¡Cerra el orto! ¡¿Entendes en el semejante kilombo en el que estoy metida?!— pregunté histérica—¡No se ni cómo les voy a poder mirar a la cara si se enteran!
—Estás exagerando demasiado— ella restó importancia, mientras se acomodaba el pelo frente al espejo—. La cosa es simple; vos no le debes fidelidad a ninguno porque no sos la novia.
Me quedé esperando que siguiera, no estaba entendiendo a donde quería llegar. Ella bufó ante mi ignorancia.
—¡Cogetelos! ¡A los dos!
Abrí mis ojos en incredulidad.
—¿QUÉ?
—¡Y si! ¡Imbecil! ¡Tenes que aprovechar!— me tomó de los hombros y me sacudió salvajemente —¡Despabilate, nena! ¡La vida es una!
—Pero, ¿y la decencia?— pregunté indignada.
Ella giró los ojos, estaba como sacada de quicio.
—¡A quien puta le importa la decencia cuando podes cogerte a Julian Álvarez y a Enzo Fernández! ¡¿Me estás hablando enserio?!
—Bueno, ¡tranquilizate!
Ella respira tres veces, soltando bastante aire en cada suspiro.
—Perdón. Es que me pueden— se disculpó, recuperando la postura —¡Prometeme que no vas a desperdiciar esto!
Niego con la cabeza, dudosa y algo asustada del psicótico comportamiento de mi compañera.
—Me tengo que ir a pensar— digo finalmente— Después te cuento todo.
Ella aplaude y cuando estoy por salir me grita:
—¡Si te dicen de hacer un trío siempre estoy disponible, eh!
Pongo mi mayor cara de indignación y le saco el dedo del medio antes de salir de la habitación definitivamente.
Esa chica está mas desquiciada que yo.
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hermanas estuve así leyendo los comentarios
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trato de decidir qué hacer y ustedes lo que comentan: TRÍO
igual chicas esto recién empiezaa quedan muchas sorpresas todavía ;)
