Capítulo 7

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Almas gemelas.

[Capitulo Único]

Llanto del corazón.


Athanacius de Alger Obelia era considerado por la mayoría como el heredero perfecto; hijo primogénito del héroe del imperio y el gran mago de la torre negra, prodigio en la magia imperial.

Todos los nobles, al igual que su gente, tiene grandes expectativas de su futuro reinado gracias a las medidas ha estado tomando bajo la guía de su papá, el emperador.

Con un basto conocimiento, gracias a que sus maestros eran traídos de todos los rincones de las tierras, buen manejo de la espada ante las enseñanzas de Asher, entre otras cosas que se le impartió desde niño.

Cuando daba los paseos en la carroza imperial, le gustaba ver como toda la gente era feliz ante su presencia y recibir las rosas que lanzaban, deseándole prosperidad.

Lo llamaban, el ángel dorado.

Pero, era humano y cometía errores.

Se suponía que, como único niño del palacio, además de estudiar debía tener una infancia normal, según las palabras de su padre y papá.

Entonces, un día su tío Félix llego acompañado de un niño pequeño de cabellos rojizos hasta sus hombros y una mirada grisácea encantadora a simple vista, pudo comprarlo con las joyas que se ponía su padre para presentarse a las reuniones imperiales.

Su papá se puso a charlar alegremente con su tío, dejándolos solos en una habitación aparte para que se conocieran mejor, al parecer ya habían designado quien sería su compañero de juegos.

— Un gusto conocerte, me llamo Athanacius, pero mis padres me dicen Athy. —se presente extendiendo la mano con emoción. —

— Me llamo Kaelus Lobain. —contesto. —


El ambiente se volvió algo tenso por la indiferencia del menor, que opto por tomar asiento en un sillón personal y mandar a llamar a una sirvienta para que le trajera algunos bocadillos.

Se le quedó viendo por un buen tiempo, se sentía molesto por no haber logrado que el otro niño quisiera jugar, no obstante, tampoco es que quisiera obligarlo usando su posición de príncipe, no seria cortes.

Kaelus portaba toda la dignidad de un noble a pesar de su corta edad; movimientos que se mostraban algo elegantes, un habla pacifica y serena que captaba la atención, incluso el modo con el cual se dirigía a las personas era impresionante.

Podía notar una clara diferencia entre su tío Félix y Kaelus; el segundo, era más parecido a su abuelo Asher.

Cierto, ambos adultos eran los padres del pequeño pelirrojo.

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