Capítulo 6

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Pasaban los días. No era que Ana Juana había tomado la confianza de quedarse en casa ajena. Un hogar que tal vez no le pertenecía, se sentía cómoda la casa en si y las personas que la habitaban eran mil veces más elegibles que la mierda de Pedro y Elvira, pero sabía que no podía  abusar la buena voluntad de ellos. El día que la devolvieran o le digieran que ya es hora que se marchara, ella lo aceptaría; no era su casa, pero considerando que no sabía donde estaba, no sabía el camino de regreso de  a su choza y era incapaz de caminar; ya no era su responsabilidad seguir con esta familia, sumándole que no podía hablar. con el tiempo parecía al haber recuperado la fuerza de la espalda, al menos ya se podía sentar; pero sus piernas y el habla hasta ahora no parecían querer volver. Menos volvería lo que antes pudo haber sido su historia de vida esto parecía en los tiempos de tranquilidad, ya que aquí había encontrado muchos momentos de tranquilidad, sin embargo no parecían ser para siempre. de pronto las imágenes a su vista dejaron de ser coloridas, todo se transformó en blanco y negro, las paredes comenzaron a juntarse y pudo ver el pasillo del salón de clases y a todos sus compañeros que la habían conducido a la decadencia. parecían estar en plena clase de historia, pero como siempre el texto escolar; esos que el gobierno donada cada año, solo era una lectura que luego se respondía algunas preguntas del propio libro, esto hacía que el profesor se olvidara de la clase, que se adentrara en su propio mundo o llenara el libro de clases, entonces el curso podía hacer lo  que quisieran.  Nadie diría nada y una de las actividades favoritas era hostigar a Ana. Ana siempre intentaba de no llamar la atención ya sea cubriendo su rostro con el libro, pero ya sea por el color de su cabello o porque Ana Juana no en ese maldito colegio se había transformado  en un objeto de burla, por más que  Ana se esforzara "por llevar la fiesta en paz" nunca se podía, sabía que Brayan, el payaso del curso; aunque muchas veces parecía la mascota o el perro faldero de los demás compañeros. Era el que más molestaba ya que su lugar dentro del clan de quinto grado estaba en juego. sabía que no era un Don nadie, sí no fuera por sus chistes y aceptar ser un títere de los matones de la clase sería invisible y  muy probablemente estaría al mismo nivel de Ana Juana o quizá peor  y aunque muchas veces meterse tanto con Ana parecía ir en contra de sus principios, tenía que hacerlo, mientras se acercaba  al pupitre de su compañera, Ana sabía que se venía acercando, pero quiso no hacerle caso hasta el final entonces Brayan, botó el libro de su compañera, lo que Ana simplemente lo recogió y volvió a su tarea, no obstante en la fama del de bufón de la clase  debía ser insistente así que volvió a botar el libro Ana, ella no se molestaría cuantas veces le botaría el libro, solo lo volvería a pararlo. Así que a Brayan le arrebató el libro y salió corriendo, eventualmente Ana para recuperar el libro y no ser sancionada con una mala calificación salió corriendo tras el.  Brayan le entregó el libro a Susana, una de las matonas de la clase que parecía descargar sus frustraciones con Ana. que  a la más mínima cosa que ocurriera, era motivo para atacarla y perseguir a Brayan era buena escusa para tener a Ana de Víctima. 

Ana Juana era una imbécil, se hacía la mosca muerta con los profesores había escuchado que  muchos profesores elogiaban lo bien portada que era. Antes de ver a Ana Juana enojada, por que sí nadie la molestaba Ana solo se dedicaría a vivir su mundo de manera pacífica, ya que muchas veces era indiferente a lo que pasaba afuera de su mundo.

- Susana: Te dije que no volvieras a meterte con Brayan-

pásame el libro, y no habrá ningún problema, sabes que la tarea es con una calificación al libro 

_María: ¿Qué vienes a preguntarme por tus wueas? sí tu perdiste el libro, es cosa tuya, ¿Qué vienes a reclamarme?-

Ante tal descaro primero robarle el libro deliberadamente, para luego reclamarle por qué venía tras él.

Ana Juana aunque sabía que sus rabietas las infravaloraron para no justificarlo, pero tanto había sido el descaro  más aún pensar en una mala calificación. Susana era una niña gorda casi la miniatura de la enfermera obesa del manicomio, mientras Ana Juana era una niña de contextura delgada, pero a la hora de defenderse Ana parecía tener un fuerza brutal así que agarró a su compañera del cabello, para que esta respondiera de manera igual Ana insistía en el libro, pero como Susana tenía reputación y si en alguna pelea Ana fuera la que ganara su dignidad se acabaría y estaría a la sombra de pasar a ser una marginada, sin el respeto de nadie y saboreando lo que muchas veces había hecho con otros niños. Ana siempre sacaba de quicio a Susana, porque siempre sabía defenderse de sus ataques y muchas veces había estado a punto de dejarla en ridículo y  el día que Ana  haría eso se le acabaría el reinado. Lo que no sabía que Ana había acumulado una pesada carga desde hace tiempo, varías veces había estado acariciando un cuchillo preguntándose; ¿Qué tan perdida estaba? sabía que acuchillar a alguien traería algunas consecuencias, consecuencias muy grave, pero nada cambiaría en su vida. Quizás debería dejarse de resistir la tentación de ocultar un cuchillo en su mochila y luego enterrarlo en el cuerpo de alguien.

Susana por gorda, casi obesa, en una pelea podía dominar  a Ana, que no superaba los cuarenta kilos.  Entonces para Susana era fácil botarla al piso y luego. Solo por mostrar su poder, no la dejaba ponerse de pie y toda su grasa de maldita humanidad la convertía en arma letal para la pobre Ana ya que aplastarla fácilmente, le podía  cortar la respiración y por supuesto Ana no soportaba los cincuenta-cinco kilos de Susana sentía que las costillas se le iban cerrando y como poco a poco comenzaba a sentir sueño luego de intentar desesperadamente quitarse a la bola de manteca. Comenzaba a sospechar que este era el fin.  No había ningún adulto a la vista y siquiera pudo poner las  cosas en orden antes de tener un deseco tan denigrante, para luego  no ver nada, y escuchar otra vez esas palabras que no sabía muy bien  su significado:"Tendrás que enfrentar tu pasado, para vivir plenamente tu presente y futuro", ¿Quién hablaba?. Hace mucho tiempo que no escuchaba  hablar a nadie en español. todos hablaban en un idioma extraño.

Ana no sabía si esto de no entender esta frase que parecía ser un presagio, era porque no sabía su significado o su significado era demasiado aterrador para ella. estaba bien, demasiado a gusto con una amiga y una señora que parecía ser comprensiva, amorosa, joven y muy hermosa, y el hombre que parecía ser su marido ya había comprobado que no era malvado, podría llegar a ser igual de compresivo y dulce esos ojos de ternura de amor nunca le molestaron aunque todos aquí, parecían ser más educados, melosos lo que en su colegio donde estudiaba se le conocía como  "mamones" esto adjetivo incluso podría ocasionar una pelea. Era una manera que se decía para ridiculizar a alguien que estaba siendo blando,   era muy mal visto para  los demás porque en su mundo siempre reinó la ley del más fuerte, a veces era muy agotador y siempre había tenido la sensación que había nacido en lugar equivocado, muchas cosas parecía gritarle esto al oído, sin ningún amigo, ser tildada de bicho raro, ponerla bajo el valor de un pene; no era la gran cosa, sabía que el día de la muerte de Pedro para ella sería el día más feliz de su vida.  en la asignatura de religión le habían enseñado a distinguir que clases de deseos eran buenos o malos y por su corta edad Ana aún tenía algo de Fé en su interior, estando convencida en un ser omnipotente, que todo lo puede. que a sus mejores soldados le ponían las pruebas más difíciles de todas, pero esta vez se pasaría La clase de religión   por el culo y celebraría una vida perdida, ojalá tuviera la dicha  de ser ella quién acabaría con tal vida. 

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⏰ Last updated: Jun 04, 2023 ⏰

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El nuevo amanecer de Ana JuanaWhere stories live. Discover now