Capítulo 28: Cambiaformas

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Las noches en el hospital son matadoras. Algunos pacientes se vuelven más violentos, es como si de repente, cuando la luz nos deja, les dieran ataques de ira sin control y sin causa.

La luna llena no ayuda. Cuando invité a Melanie y Aldora a cenar en mi apartamento, la presencia de la luna llena no estaba ni siquiera en mis conocimientos. La sorpresa ha sido cuando me he levantado de la pequeña siesta de dos minutos que me he echado en el hospital y he visto por la ventana la enorme luna blanca.

La última vez que hubo luna llena, ellas faltaron a sus clases. O por lo menos Aldora. ¿Les afectará en algo? ¿Por eso hoy no he recibido ningún mensaje de ellas?

No es que reciba muchos mensajes de ellas, pero al menos el ¿sigues viva? está pendiente.

Son las ocho de la tarde y ni siquiera he hecho la cena ni he salido de las prácticas. Tampoco les he dicho a qué hora deben estar en mi piso, pero, conociendo como es Melanie, ya lo sabrán.

- ¡Sandra! - pego un brinco cuando escucho el grito de mi supervisora. Todavía sigo con los informes que dejó ayer Pedro, el celador -. Perdona, cariño -. La doctora Marino tiene tantos cambios de humor que ya ni me sorprende -. Ha sido un día muy duro - Se quita el gorro quirúrgico.

- ¿Qué tal ha ido la operación?

Hoy, la doctora Marino, tenía que intervenir en un caso muy prometedor de un niño de once años. Miro mi reloj, ha estado seis horas dentro de la operación.

- Todo bien. Ese niño ha estado en muy buenas manos - Se deja caer sobre su silla aterciopelada y mullida -. ¿Cuándo termina tu turno?

- No... No lo sé - Declaro -. He empezado a las doce de la mañana.

- Marcha ya, anda. Seguro que tus amigos ya han quedado para tomar algo y te están esperando - Me sonríe, esto es nuevo en ella.

- ¿Seguro? Aún me quedan unos cuantos informes.

- Seguro. Ya me ocupo yo - Me los arrebata -. Gracias por ir ayer hasta el área de Psicología.

- Es mi deber - Me levanto antes de que cambie de opinión -. Nos vemos en el siguiente turno.

- Creo que tu próximo turno es en oncología, descansa el finde - Se levanta también, pero su destino es uno muy distinto: el baño.

Así que oncología... Ojalá la persona que esté al mando sea igual de buena que la doctora Marino o al menos no mala.

. . . .

"Ya he llegado al hospital, un chico me ha pedido el número en el bus. Creo que lo conoces, me ha dicho tu nombre. Hablamos mañana".

El mensaje de Emma llega a mi teléfono justo cuando termino de cambiarme de ropa para marcharme. El vestuario está vacío así que nadie ve como casi se me cae el móvil de las manos.

"¿Qué chico? ¿Cómo era?"

Podrían seguir a Emma en cualquier momento, a todos mis conocidos en realidad. Y eso me enfada, me quieren a mi, no a ellos.

"Creo que se llamaba Theo. No recuerdo su apellido. Dice que va contigo a psicología".

El corazón me vuelve a latir cuando me escribe de nuevo. El maldito Theo Williams... Un alumno de Melanie...

De solo pensar que podría haber sido uno de ellos...

- ¿Sabes que estás muy guapa cuando estás concentrada? - Ahora si que se me cae el móvil, pero Aldora es mucho más rápida y evita que toque el suelo.

Secretos envenenadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora