Prólogo.

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Algo que siempre e tenido en mente, es lo muy injusta que es esta vida, al igual que el mundo en el que vivimos.

Un mundo sumergido en la malicia, y las vidas en el guiadas por la envidia.

“Cosechas lo que siembras” un dicho antiguo y con gran peso, cómo aquel otro que dice: “el karma llega tarde o temprano”. Lo único que puedo decir es, que estos dos van de la mano.

Lo más triste, es que aquellos quienes están sumergidos en la envidia y se dejan llevar, son los que con mayor facilidad se escapan de su castigo.

Otra cosa que aprendí por mi mismo, es que las apariencias engañan, los falsos existen, y no todo es como aparenta.

[…]

—¿Quieres un aventón?

Mis ojos color marrón oscuro observaron con sorpresa a los dos responsables de manejar aquel camión de carga que estaba enfrente mío, quienes uno de ellos apuntaba con su dedo pulgar al mismo camión.

Anteriormente, un aproximado de veinte minutos, me asaltaron, y quitaron todo lo que tenía. Aunque no era mucho a decir verdad, solo fue el dinero que acumule con los entregas del día, la plata que tenía que entregar por el pedido recién entregado, y, ¿Qué más?... A, ya me acordé, la bicicleta con la que hacía estos mismo. No me sorprende la verdad, pero si estoy un poco enojado, nada más.

—¿… Y como por qué crees tú qué quisiera un aventón?

Entre maldiciones y muchas maldiciones hechas por mi en todo el camino a pata, claramente desde aquel robo masivo, ya que asalto no le puedo llamar a esa mierda. Terminé llegando a una de las muchas grandes cadenas de supermercados que existen en este país.

Ahí, el camión de carga estacionado en la parte trasera del lugar, dónde se suponía que estaba la bodega del súper, dónde claro, almacenan el sustento que sirve como relleno para los estantes del lugar. Cuando llegue, parecía que ya habían terminado, ya que estaban cerrando la gran puerta de metal de la bodega, y también la de la parte trasera del camión.

Fue en ese momento cuando el piloto y su ayudante se dieron cuenta de mi y comenzaron a hablarme. No entendí bien su razón, talvez sea por mi aspecto llamativo; cabello negro revolcado con un solo puchado del mismo de color rojo fuerte, ojos marrón oscuro, ropa literalmente desgastada y rasgada, tez que parecía más de color amarillo que blanco por la suciedad que e acumulado en el día, —además de agua sucia por un puto charco que me fue echado encima cuando paso un maldito auto—,  y el sol que prácticamente no se me han separado en todo el día. Todo eso me dio un aspecto de… loco del barrio o algo así.

O también puede ser por el simple hecho, de que agua sucia, ¡Está goteando por cada parte visible de mi cuerpo y ropa!... Ne, no creo que sea eso. En fin, al verme comenzaron a hablarme, hasta que llegamos aquí.

—¿Por qué estás en una mala situación?

—Que este en una mala situación no significa que quiera un aventón.

Exprese indiferente y con ganas de irme de ahí, pero ellos simplemente siguieron insistiendo.

—Aun si dices eso, caminar por la calle así como vas dará mucho de que pensar.

Marked Destiny =Fatal Adolescence=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora