Recolección

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En lo que parecía ser un risco en un día bastante bonito se podía verunos árboles que parecía estar inclinados hacia el risco, el grupo de Harland estaba encima de estos árboles recogiendo lo que parecían ser frutas y poniéndolos en cestos que llevaban en sus espaldas.

—Me pueden explicar ¿por qué hacemos esto?—preguntó Rieka notablemente molesta.

—Por que es lo que solicita la misión que Harland nos asignó—dijo Sora volando cerca de las copas de los árboles.

—¿No podia ser algo que diera menos miedo?—preguntó Umi aferrándose a una rama.

—Es mejor iniciar con esto, creo que estas frutas que recogemos solo crecen en estas condiciones—respondió Yagi sujetando una fruta, similar a un mango pero de tonos verdosos con pequeños picos amarillos, con una mano y con otra se sujetaba de una rama.

—¿Por qué Sora no hacía esto sólo y nosotros buscábamos otras frutas?—preguntó nuevamente Umi.

—¿Le temes a las alturas o por qué tan quejumbrosa?—preguntó irritada Rieka.

—No particularmente, pero si veo abajo solo pienso en que si me caigo, tal vez no la cuente—dijo Umi nerviosa.

—Solo serena tu mente y todo estará bien, el miedo es mental, si piensas que no tienes miedo no lo tendrás—dijo Yagi tomando otra fruta.

—Si, creo que...¿Qué eso?—pregunto Umi sorprendida señalando hacia abajo.

Yagi vio a donde señaló Umi, lo cual fue un grave, ya que apenas vio hacia abajo se sujeto con piernas y brazos al tronco inclinado del árbol.

—Con que el miedo es mental ¿no?—preguntó Umi burlona.

—¿Te parezco de mente fuerte? Me dan miedo hasta cosas que no existen como los fantasmas, incluso cosas inofensivas como arañas me dan miedo—dijo Yagi asustado.

—Chicos, dejen de jugar, mientras más rápido recojamos esto más rápido terminaremos—dijo Sora recogiendo varias frutas y solo metiendo algunas en su cesto.

—Es fácil para ti decirlo, tu vuelas—dijeron Umi y Yagi al unísono.

—Exacto, si puedo volar, significa que los puedo atrapar si se caen, además Harland nos está vigilando, si nos llegásemos a caer, sería el primero en actuar, incluso antes que yo—explicó Sora tranquilamente.

—Ok, aunque tienes razón, igual no deja de dar miedito—dijo Umi tomando algunas frutas aferrándose con su otra mano a las ramas del árbol.

—Si, pero dudo que nos pase algo, osea sería muy mala suerte que casualmente apenas nos movamos un poco una rama o tronco se rompa—dijo Yagi tranquilo.

—Tentar la suerte no creo que sea la idea más inteligente, aunque no se porque debería esperar algo de ti—dijo Rieka molesta sentándose en el tronco del árbol en el que estaba.

—Sabes, se que soy idiota, pero también tengo corazón—dijo Yagi fingiendo estar dolido.

—Pobrecito, no seas mala con el niño Rieka—dijo Umi siguiéndole el juego al pelinegro.

—¿Vas a secundar su idiotez en estas condiciones?—preguntó Sora serio pero con una sonrisa.

—¿Qué condiciones?—preguntó Umi confundida.

Sora ante dicha pregunta solo señaló abajo de él ocasionando que Umi siguiera con su mirada el dedo de Sora hacia abajo, recuperando el miedo que sentía por estar tan alto.

—¡No es divertido!—grito Umi aferrándose a una rama.

—Nunca terminaremos a este paso—dijo Rieka tomando una fruta del cesto.

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