Limpieza

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Un nuevo día comenzaba, los rayos de sol se hacían presentes en diferentes ubicaciones, pasando a través de una ventana qué daba a una habitación que se encontraba en desastre, en una cama que tenía bastantes objetos sobre las cobijas acompañando a un bulto que soltaba quejidos al recibir un par de rayos de sol.

—¿Quién encendió la luz en sábado?—preguntó la persona levantando las cobijas revelando ser Umi.

La chica levanto la cobija revelando tener una pijama de cuerpo completo que asemejaba a un tiburón, el gorro de la pijama asemejaba a la cabeza de dicho animal, en partes de la pijama se podían ver manchas de pintura pero sin parecer tenía la misma consistencia unas que otras.

—Oh, ya amaneció, supongo que eso explica la luz—dijo Umi soltando un largo bostezo.

La peliazul se estiro un poco para intentar terminar de despertarse, al hacer eso termino viendo hacia abajo viendo que su pijama tenía su cierre que abarcaba desde el cuello hasta el ombligo abierto, la chica se quedo procesando eso unos momentos para después cerrar el cierre a como debería de estar.

—Eso explica porque tenía frío anoche, bueno una noche con algo de frío no es el fin dle mundo—decía restandole importancia al asunto para posteriormente levantarse de su cama.

La chica como si conociera perfectamente el desastre que había en su cuarto pisaba con exactitud los puntos sin basura o con algún objeto estorboso para llegar hasta la puerta y terminar saliendo de la habitación.

—Si que soy un desastre—decía Umi viendo afuera de su habitación.

Afuera de su habitación a una gran sala que mezclaba tanto sala de estar, cocina, zona de lavado de ropa y había dos puertas más aparte de la habitación de la chica, lo que caracterizaba el lugar no era que había ropa sucia desperdigada por diferentes partes formando pilas de esta, algunos trastes sucios qué por suerte se concentraban en su mayoría en la cocina y en una pequeña mesa, bastante basura por allí y por allá y aun más manchas de pintura por diversas partes.

Por si fuera poco una puerta comenzó a ser golpeada con cierto ritmo.

—¡Ahí voy!—grito la peliazul yendo a la puerta de la entrada principal—¿Quién es?—preguntó amablemente.

—Umi somos nosotros—decía Yagi del otro lado de la puerta.

—Oh, les abro enseguida—dijo Umi quitándole el seguro a la puerta.

La puerta se abrió revelando a Yagi y Neráida.

—Dios mío, ¿es idea mía o esta peor que la última vez?—preguntó Neráida sorprendida viendo el interior del departamento.

—No sabría decirte, solo se que Umi tiene un toque para el desorden—respondió Yagi ingresando al departamento.

—No es necesario que reafirmen eso—dijo Umi con un aura decaída por el comentario.

—Perdón, pero admitelo, no es natural tal nivel de desorden—decía Yagi señalando al departamento.

—Mejor hay que darse prisa, no quiero andar limpiando todo el día—decía Neráida con agotamiento.

—Bien...¿Y los demás?—preguntó Umi confundida.

—Sora esta ayudando a su mamá en la iglesia, Nahuel pese a que dijo que intentaría ayudar pero tuvo que ayudar a Jay nuevamente a estudiar—decía contando con sus dedos a sus amigos.

—Le pedí ayuda a Levy pero dijo que tenía coas qué hacer, más no me dijo que—dijo Neráida confundida.

—¿Y el resto de nuestra clase?—preguntó Umi esperanzada.

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