UNO

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♠️ MAL HUMOR ♠️

Tomo asiento en la silla que se encuentra a la cabeza en la sala de juntas, recargo mi espalda un momento y observo al imbécil que esta por dar el inicio, se encuentra nervioso, sus manos tiemblan, su mirada está perdida, no sabe a dónde mirar, comienza a sudar y con tan solo verlo ya me ha puesto de malas.

Tomo un trago a la botella de agua que tengo a mi lado, miro fijamente al asistente de Ferney, suspiro pesadamente y hablo.

—¿Qué esperan? —cuestiono en tono molesto.

—En un momento comienzo, señor. —juega con sus dedos y su voz suena aguda.

—No me lo digas, empieza ya. —demando con voz fuerte.

En cuestión de segundos comienza a dar explicaciones, y realmente no le prestó atención, ni siquiera sabe lo que está diciendo. No sé porque diablos lo contrato Ferney, debería despedirlo ahora mismo.

Desabotono el primer botón que tiene mi camisa, cierro los ojos un momento, analizo a cada integrante de la sala, ninguno tiene la capacidad de Ferney, debería correr a todos, lo haré.

El inútil termina de informar todos los datos de la empresa, y sin decir más me levanto y salgo de ese lugar, después le pediré a Ferney que me de la información.

Llegó a mi despacho, me siento en la silla que se encuentra detrás de mi escritorio, solicito que mi secretaria entre ahora mismo.

Espero solo tres segundos cuando la veo entrar, su falda deja lucir sus maravillosas piernas, su blusa resalta más sus pechos, y sus movimientos son una maldita maravilla.

—¿Para qué me necesita señor? —menciona con voz seductora.

Sus piernas roban toda mi atención, repaso su cuerpo con la mirada una vez más y le hago saber que se acerque más a mí. Necesito tenerla más cerca.

—Quiero follarte ahora mismo. —demando con voz gruesa.

Sin más, se coloca en mi escritorio, abre sus piernas para mí dejándome tener una exquisita vista, tomo sus piernas y mis manos comienzan a hacer un recorrido corto y excitante.

Decido comenzar con su ropa, la comienzo a quitar con velocidad, sus manos intentan posicionarse en mi cuerpo, sin embargo, no lo logra no quiero que me toque.

Nadie puede tocarme. Es una regla, nadie puede hacerlo.

La tengo completamente desnuda ante mí, sonrío de lado y tomo sus pechos, saboreo de ellos mientras mi mano baja a mi pantalón y empiezo a liberar mi miembro. Busco dentro de mi cajón un condón y al sacarlo me lo coloco, mientras le doy atención a sus pechos, sus manos buscan colarse por mi camisa, no lo logra, coloco mi pene en su entrada, el teléfono suena y suelto un gruñido.

Joder, no dejan que uno folle a gusto es su maldita oficina.

Comienzo a penetrarla poco a poco, el maldito teléfono vuelve a sonar, mierda.

Intento concentrarme en follar a mi maldita secretaría, el jodido teléfono vuelve a sonar. Y me molesta aún más.

—No conteste, jefe.

Ni siquiera le hago caso, estiro mi mano y tomo el teléfono. Voy a matar a la persona que este detrás de la línea, lo haré.

—¿Qué quieres?

—Joder, hermano. Relájate. —escucho la voz de mi mejor amigo, suena rara, está vez es extraña no es como siempre.

—Me has llamado en mal momento, te marco después. —menciono rápidamente.

—Es urgente. —dice rápidamente.

Al escucharlo me detengo, salgo de ella de inmediato, con la mirada la corro. Se viste rápidamente y sale de mi despacho.

—¿Qué sucede? —cuestiono con preocupación.

Me quito el puto condón, le hago un nudo y lo lanzo a la basura. Estoy de muy mal ahora mismo, con una puta erección y con mi mejor amigo en problemas. Me acomodo el pantalón, mientras escucho con atención todo lo que me dice.

—Realmente necesito de tu ayuda, si no lo hiciera no te estuviera interrumpiendo.

—¿Tu familia lo sabe? —cuestiono con intriga en mi voz

—No, no quiero preocuparlas. Solamente lo sabes tú y bueno, solo quiero que lo sepas tú.

Siempre hemos sido solamente nosotros dos para resolver y saber ese tipo de problemas.

—Bien, arreglare todo aquí para poderme ir. Te advierto que solo serán dos semanas que este allí, no más.

No pienso estar más tiempo en esa estúpida ciudad.

—Serán suficientes. Gracias hermano, te marco más tarde para ponernos de acuerdo.

Cuelgo el teléfono, y me dedico a dejar todo en orden. Le pido a mi secretaria que traiga todos los documentos que debo firmar para poderme ir tranquilo, sin alguna preocupación.

Ferney podrá hacerse cargo de la empresa mientras no estoy yo, es la única persona que es capaz de hacer las cosas bien en esta empresa. Al regresar recortaré personal, haré muchas modificaciones.

La situación de Max me ha dejado preocupado, si necesita de mi ayuda la tendrá, tomo un sorbo de licor, miro una última vez los documentos, y salgo de mi despacho con ganas de matar al primer imbécil que se me atraviese.

—Dejamos algo pendiente, jefe ¿Lo terminamos? —miro a mi secretaria con enfado.

Follarla bajaría mis nervios y mal humor, pero aún no termino de organizar mis cosas.

—Nos vemos después. —me adentro al elevador.

Saco mi celular para llamar a Ferney. Al tercer sonido me responde.

—En estos momentos voy saliendo de la empresa, ve a mi casa en una hora.

—Está bien. —es lo único que menciona antes de que cuelgue.

Al llegar a mi auto, me subo y manejo con velocidad hasta llegara a mi casa. Al bajar de él me encuentro a Marie la persona que me ayuda a dejar limpio este lugar.

—Buenas tardes, señor.

—Buenas tardes, vendrá Ferney. La pasa y, se retira.

—Está bien, señor. Ha marcado su madre, ha dicho que marque en seguida.

Miro a Marie, asiento con la cabeza y me adentro a la casa. Marie camina detrás de mí.

—Lo haré más tarde.

—Señor, siempre dice lo mismo y no la llama. —la miro un momento directamente a los ojos

—Está vez lo haré.

—Su padre ha venido a buscarlo y ha pedido que no se le olvide la boda de su hermano.

Recuerdo que hace unas semanas mi hermano Matías vino a dejarme la invitación, lo había olvidado.

—Me iré mañana a la ciudad de Max, volveré para la boda.

Marie me mira mal, niega con la cabeza y se marcha a la cocina.

Abro las puertas de mi despacho, miro los retratos que tengo con mis padres, suspiro pesadamente y solamente queda esperar a Ferney.

N/A

Hola, gente. ¿Cómo están? Espero que se maravilla.

Bien, les dejo un poquito de la vida de Leonardo antes de conocer a Maia, apenas estamos comenzando. ¿Quién será Ferney? ¿Por qué la nombrará tanto?

Gracias por leerme. ¡¡YA CASIII SE TERMINA EL AÑOOOO!!

Seguimos leyendo nos estos días, chaooo. 


Menor que yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora