LIBRO DOS.
Leonardo un hombre que le dobla edad a la hija de su mejor amigo, queda enloquecido desde la primera vez que la ve. Los prejuicios se adentrarán tanto en su mente que puede perder a esa chiquilla para siempre.
El tenerla tan cerca me jode demasiado. Y realmente intente mantener mi distancia, lo intente, pero ella no me lo pone nada fácil. No he podido sacarme de la cabeza a esa chiquilla de mi cabeza.
Y después lo que paso en la cocina, solo quiero volver a tenerla.
Solo un maldito trato me ayudará, si es que acepta mantener todo en secreto y no involucrar sentimientos.
—Iré a unos asuntos y después regreso para que terminemos de checar los documentos para avanzar más rápido con la negociación. Estoy intentando que esto sea más apresurado y así lograr que muchas de tus propiedades aún...te pertenezcan.
—Soy un estúpido ¿no? Confíe ciegamente en unos hijos de puta, y mira...estoy a punto de quedarme sin nada.
—Max, eso no pasará. Confía en mi gente.
—Muy bien, gracias. —menciona Max— ¿Cuándo te vas a tu departamento? —intenta cambiar de tema, le sigue jodiendo está situación.
—Ya me han dado las llaves, así que puede que en estos días. Gracias por prestarme tu casa para pasar estás noches.
Que buenas noches he pasado.
—No agradezcas nada, tú estás haciendo más de lo que deberías por mí. Es lo menos que puedo hacer.
—Me voy o se me hará tarde.
Salgo de allí y me encamino rápidamente a mi auto. Debo pasar por la chiquilla a su escuela. Me subo a mi auto, y manejo hasta llegar a su escuela. No tardo en encontrarla, es imposible no poder verla.
La observo caminar hacia mi auto, miro como su cabello se revuelve con ayuda del viento. Joder, es demasiado hermosa y no puedo evitar que mis pensamientos vayan más allá.
Se subo en silencio, espero a que se acomode dándole un vistazo a su cuerpo, a ella por completo.
—Hola. —susurra, joder.
No respondo, porque no puedo hablar, porque si hablo solo pediré que se quite la ropa ahora mismo.
—Hoy me han entregado las llaves de mi departamento —me atrevo a hablar—, realmente solo tengo unas cuantas cosas ahí. ¿Te parece bien si vamos allá? —necesito un lugar perfecto, donde no haya gente para que arruine mis planes.
—Si, está bien. —responde en un susurro. Su jodida voz tiene un maldito poder sobre mí.
Manejo en silencio hasta llegar a mi departamento, cada vez que puedo la miro de reojo y me imagino más de una fantasía...no puedo seguir comportándome así. Estaciono mi auto y sin más bajo de este sin decir nada, de inmediato me imita.
—He pedido que nos traigan la cena, para no salir. —menciono mientras subimos las escaleras, el movimiento de sus caderas me tiene enloquecido.
Ni cena quiero, la quiero a ella.
—¡Oh! Si, está bien. Pensé que íbamos a cenar fuera —menciona mientras observa todo con mucha atención.
—Escogí la cena para ambos, espero y no te moleste. —menciono sin prestar mucha atención a su reacción— La próxima vez la puedes escoger tú. —agrego en cuanto llego a mi departamento— Este es. Bienvenida a mi nuevo hogar.
Abro la puerta y espero que ella pase primero. Tengo modales, y soy un caballero, aunque a veces se me olviden y más con ella.
—Cenamos y después hablemos. —hablo detrás de ella. Quiero que esto vaya más rápido.
—Bien. —dice, mientras deja su mochila en el sofá dándome una increíble vista.
Nos encaminamos a donde se encuentra el comedor, y por supuesto donde la comida ya se encuentra lista. Le pedía a uno de los tantos idiotas que trabajan para Max que vinieran a hacer un trabajo extra.
—Provecho. Espero y disfrutes la cena. —comento antes de llevarme el primer bocado e incitarla a comer.
—Provecho. —me dice, su mirada se dirige a mis labios, sé que me tiene tantas ganas como yo a ella.
No puedo soportar más, ni un puto minuto más, tenerla tan cerca hace que mi piel arda y mi miembro quiera salir, tengo un maldito dolor en los testículos desde que la vi adentrarse a mi auto, desde ese momento la quiero follar y no puedo soportar más tiempo.
—Bien, vayamos al punto, porque me jode muchísimo está situación —hablo dejando la cena atrás, hay cosas más importantes que hacer—. Quiero que se repita lo de la noche pasada, quiero tenerte para mí, las veces que se nos antoje porque me ha encantado, quiero que volvamos a follarnos hasta que nos cansemos de hacerlo. Necesito más de ti, y me jode sentir este maldito deseo por ti...cuando tu padre es mi mejor amigo y le estoy fallando
La miro atentamente, mi confesión le toma por sorpresa, sin embargo, rápidamente se recompone y se levanta.
Y por primera vez una sensación extraña se hace presente en mi pecho al pensar que se irá.
—Yo igual lo quiero —camina hacia mí lentamente y después se sienta en mis piernas. Joder—, quiero tenerte entre mis piernas —me besa y no dudo en responder ante ello—, quiero que me comas el coño — pasa su lengua, joder, mierda. Me excita tanto su voz, su olor, ella. —, quiero que me folles una y otra vez.
Coloco mis manos en su cintura y hago que sienta mi duro miembro, quiero follarla ahora mismo, cumplir todas sus fantasías, comerle el coño y joder, hacerla suplicar por más.
—Solo será sexo. ¿Entendido Maia? Tus padres no se pueden enterar de nuestros encuentros. —necesito aclararle algunos puntos— No quiero que involucre sentimientos, porque si lo haces esto se termina. ¿Bien?
—Solo sexo, Leonardo. Lo tengo más que claro. —repite y eso hace que una tranquilidad se apodere de mí.
No quiero que una chiquilla se enamore de mí, o tenga dependencia emocional, esas mierdas.
—No quiero que me provoques en frente de tus padres, limítate. Solo follaremos, aquí. En este departamento, en dónde nadie nos vea. —menciono evitando arrancarle la ropa justo ahora.
—Entendido. Una relación clandestina. Me agrada esto, es nuevo para mí.
—Y una última cosa. —menciono antes de que pierda mi autocontrol— No hay exclusividad, si quieres follar con otro lo haces, al igual que yo.
Quiero seguir con mi vida, quiero seguir follando con quien me plazca, no porque el deseo por esta chiquilla este presente quiere decir que solo follaré con ella.
—Sin exclusividad. —repite, besándome.
—¿Trato? —me levanto con intención de follarla.
—Trato.
N/A
Hola, gente bellaa.
Es momento de regresar al mundo universitario, prometo regresar pronto con nuevos capítulos.
Los quieroo. Gracias por leerme.
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