CUATRO

946 22 0
                                    

♠️ FUERTE TENTACIÓN ♠️

Al verla entrar con ese diminuto pijama a la cocina mi pene cobra sentido por sí solo. Me excita tanto el solo mirarla. Y joder quiero poseerla, penetrarla y hacerla gritar mi nombre.

Es la hija de tu mejor amigo no puedes hacerlo, me repito por encima vez al día.

—Buenas noches —susurra llamando toda mi completa atención.

—Buenas noches, Maia. —respondo su saludo evitando el contacto visual— Al parecer no soy la única persona que no puede dormir en esta casa.

¿Por qué hable de más? Bien pude callarme y largarme de está cocina. Me estoy comportando como un estúpido adolescente.

—Así es, hace un poco de calor. Necesito un vaso de agua antes de irme a la cama.

Su maldito tono de voz es jodidamente sensual. Observo sus piernas, la recorro de pies a cabeza. Tiene un cuerpo estupendo, joder.

—Un poco de calor, yo diría mucho. —mi voz sale un poco ronca y de inmediato siento su mirada sobre mí.

—No seas exagerado, solo hace un poco. —se acerca a mí— O tal vez sean sus hormonas. —menciona en tono de burla.

¿Quieres jugar conmigo? No te lo recomiendo chiquilla, vas a perder.

—Lo dudo...—me acerco un poco más

Estoy tan cerca, nuestras miradas se encuentran en cuestión de segundos, puedo acercarme y besarla, poseerla.

Estoy jugando con fuego, me gusta quemarme. Nos quedamos en silencio, mirándonos el uno al otro, compartiendo el espacio y tan jodidamente cerca...

—Creo que lo mejor será que me vaya —menciona en un susurro, se ha puesto nerviosa.

—Será lo mejor —me obligo a decir esas jodidas palabras.

—Si, solo sería —vuelve a mencionar bajando la mirada a mis labios y pasando saliva fuertemente.

—Si... —menciono haciendo lo mismo que ella.

Su mirada en mis labios, la mía en los suyos.

—Voy...—intenta hablar, sin embargo, no termina de decir nada.

Sus labios se encuentran con los míos. Joder.

Gran error.

Rodeo su cintura con mis brazos, subiendo de intensidad el beso, sus manos se colocan en mis hombros y siento su desesperación.

Quiere que la haga mía. Y yo quiero poseerla, penetrarla, hacerla mía.

Se separa de repente, siento su respiración y veo en sus ojos lo arrepentida que está.

—Lo...siento —menciona con dificultad— Debo ir a dormir.

—Buenas noches, Maia. —menciono antes de que desaparezca.

No pienso jalármela. Tomo las llaves de mi auto y salgo de ese lugar.

Necesito follarme a alguien justo en estos momentos. Maldita chiquilla, ¿cómo es posible que me haya dejado así?

Manejo desesperado hasta llegar a un lugar...bueno digamos que es el mejorcitos, no miro muy buena calidad. Al llegar solicito una maldita botella y alguien que me baje la maldita calentura que provocó una chiquilla.

Entra una rubia a la habitación donde me encuentro.

—Desvístete. —ordeno sin mirarla

Sin protestar me obedece, se desviste de inmediato y en ese tiempo me quito lo necesario para follarla. Se acerca lentamente a mí y sus manos intentan ir a mi abdomen.

—Sin tocar. —menciono.

Me coloco un puto condón con urgencia, con brusquedad la llevo a la cama, tengo una muy buena vista, con mis manos juego con sus pechos, su respiración cambia en cuestión de segundos.

Llevo mi pene a su entrada, escucho como gime. Sin más me adentro a ella, la penetro con fuerza, mis estocadas son violentas y bruscas.

—¡Ah! Más por favor... —escucho decir a la rubia.

Le concedo como un puto mago lo que sale de su boca, salgo de ella para girarla, la vuelvo a penetrar con velocidad.

—¡Ah! Jodeeer. —grita una vez más.

Tomo su cabello con mi mano derecha y jalo de ella, penetrándola, aumentando mi velocidad y haciendo que sus gritos suban de intensidad.

Con unas cuantas estocadas más la hago correr.

—Maravilloso. —dice entre la almohada.

Cierro los ojos mientras aumento mi velocidad...su jodida voz viene a mi mente una vez más, el beso que nos dimos en la puta cocina, nuestras respiraciones mezclándose y maldita sea, me corro imaginándome a esa chiquilla.

—Mierda...—Digo entre dientes.

Soy un maldito estúpido por imaginar cosas que nunca van a pasar.

Veo a la rubia, satisfecha está. Siempre están satisfecha con lo que les doy y hago.

—Vístete y vete. —le ordeno señalando la puerta

—¿Una ronda más? —sonríe seductoramente y me guiña el ojo.

—No. —me limito a decir.

Observo como toma su ropa y se viste lentamente, aunque me muestre todos sus malditos atributos no tengo ganas de follarla más. Al terminar de vestirse me lanza un beso y sale de la habitación.

Tomo mi celular y hago una llamada.

Todo en orden. — escucho la voz de Ferney en seguida— ¿Como vas tú?

—Solo marcaba para saber, no para contarte como me va. —la escucho resoplar.

Bueno, solo quería saber. Tu madre me marco para saber si yo —se ríe suavemente— sé sobre algún amorío tuyo. ¿Estás con alguien?

Ruedo mis ojos al escucharla, mi madre y su maldito afán de que tenga una pareja estable.

—Eso no es de tu interés, después hablare con mi madre. Debo colgar.

Leonard...

—Luego hablamos. —cuelgo en seguida.

Suspiro pesadamente, solo llevo un puto día en esta ciudad. Mierda, la odio. 


N/A

Holaaa, gente bonita. 

Feliz día del amor y la amistaaad. 

Menor que yoWhere stories live. Discover now