XI

585 73 32
                                    

Como si se tratara de un mundo diferente, el tiempo pasaba lentamente mientras las personas disfrutaban. Algunas dormían y otras no hacían nada.

Quién iba a imaginar que los demonios se sentirían tan bien al lado de los cazadores, dos bandos que se odiaban totalmente hasta el punto de querer matarse entre sí.  Ese día no era el mismo al resto por la maldición, pero no era sólo eso lo que les hacía ser tan buenos, era Muzan.

Muzan se estaba encariñando con un humano y los sentimientos que él tenía inconscientemente los transmitía a sus creaciones más preciadas: Las lunas superiores.

Con un beso normalmente se puede bajar la guardia de alguien aunque parezca estúpido. Una persona al recibir la atención que antes no pudo se siente especial. Los demonios estaban experimentando eso al no haber tenido tanto cariño con otro ser.

—Es extraño, las bromas de esos niños eran divertidas —Gyokko se encuentra encima de una roca tratando de pensar que hacer. Al dirigir su mirada a su propio cuerpo se da cuenta que en los pequeños bracitos que tiene hay pulseras, supone puestas por Muichirou y Genya los cuales le estaban estirando a cada rato.

Kokushibo y Gyomei llegan a su lado en un instante.

—¿Que hacen aquí ustedes? —Pregunta.

—Solo venimos a ver que estés bien —Le dice el demonio de seis ojos —Tambien queremos dar una vuelta.

Gyomei no dice nada y acaricia bruscamente los cabellos de Kokushibo.

—¿Que haces?

—Perdon, pensé que eran uvas en un árbol.

—Con que chistosito.

Gyokko sólo ríe al escuchar eso.

En otro lado Kaigaku se encontraba cargando al menor peli rubio en su espalda mientras caminaba por el bosque. El lugar estaba en silencio, mayoría de personas no iba ahí y eso hacia que disfrutaran de su compañía.

Uzui trataba de sacar a Gyutaro de dentro del árbol para que ambos reventaran los cohetes que faltaban juntos. Todavía tenía muchas ganas de hacerlo, el demonio reía.

—¿No qué eras muy fuerte? Sacame de aquí a ver si puedes.

—No me tientes que soy capaz de cortarte en pedacitos para hacerte salir.

—Uy que miedo.

Yushiro y Tamayo habían logrado encontrarse con Mitsuri, Obanai y Hantengu en la ciudad por lo que juntos ahora iban al bosque a buscar al resto. Douma los veía caminar y los seguía lentamente por los techos con Shinobu aún en sus brazos, no queria soltarla porque se sentía comodo con ella. La pilar tampoco es cómo si quisiera.

En tan sólo minutos llegaron al árbol dónde estaba Nakime junto a Nezuko y Daki, las cuales decoraban los arbustos con las coronas de flores que habían hecho.

Kanao e Inosuke ya habían malogrado varias luces del bosque en todas esas horas que decidieron buscar a Shinobu para que los ayudara.

Muzan era quién no se preocupaba por otra cosa que no sea el menor a su lado, había bajado tanto la guardia que no sabía que hora era.

—Muzan-Sama, deseé mucho este día —Dice Tanjiro tomando su brazo para estar más cerca a él —Siempre quise hablarme con usted.

Sonrisas falsas y actos extraños.

A las diez de la noche había empezado todo el plan de los cazadores.

El plan que había sido fallido.

—¿Porqué hacen eso? —Akaza estaba un poco confundido. Recibir besos y toqueteos de parte de dos pilares no le molestaba pero lo ponía nervioso.

—¿No te gusta? —Dice Giyuu separándose del demonio, Kyojuro hace lo mismo.

Tregua Navideña [ Demonios y Humanos ]Where stories live. Discover now