Dos

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                           Yoona;

—¿Es por aquí? —pregunta Somin girándose desde el asiento copiloto para verme.

—Sí. Puede ser justo en esa esquina. Mi casa solo está a unos pasos.

Ella asiente incorporándose y miro hacia el frente; observo a través del reflejo del espejo retrovisor al señor Jeon. Y me estremezco inevitablemente cuando él levanta su mirada y me mira a través de este. Y nos miramos por unos segundos pero yo aparto la mirada y muerdo la punta de mi labio inferior sintiéndome de repente nerviosa e intranquila.

Finalmente detiene el auto en una zona para esto y abro la puerta de mi lado para bajar de este. Me coloco mi mochila sobre uno de mis hombros y me acerco a la ventanilla copiloto para agradecerle a Somin por el aventón.

—No hay de que, no fue nada —me respondió con una sonrisa.

—Muchas gracias, señor Jeon —luego me dirijo a él.

—De nada —presiona sus labios con una casi desapercibida sonrisa.

—Oh, espera, Yoona.

Veo como Somin sale de el auto y saca su celular y me lo tiende.
—Anota tu número.

Tomo su celular para anotar mi número y luego se lo tiendo. Veo como presiona el ìcono de llamada y mi celular comienza a vibrar con la entrada de una llamada. Lo saco del bolsillo de mi chaqueta y se lo enseño. Me sonríe.

—Listo, ahora podemos llamarnos y hablar cuando estemos aburridas. Nos vemos mañana entonces en la prepa.

—Está bien, adiós —le sonrío.

Ella me dedica una corta sonrisa y se adentra al auto. Registro su número y luego de ver como se van me apresuro en llegar a mi casa, cambiarme e irme a mi trabajo de medio tiempo.

Al entrar todo estaba en silencio y perfectamente limpio y organizado; mi madre debía estar en su trabajo. Suspiré y subí de dos en dos las escaleras para tirar mi mochila encima de la cama y tomar una ropa casual metiéndome al baño.

La ventaja de mi trabajo de medio tiempo era que no me quedaba tan lejos de la casa. O al menos en unos veinte minutos caminando llegaba temprano. Se trataba de un restaurante de comida rápida a domicilio y claramente había un espacio para que las personas pudiesen llegar a disfrutarlo justo allí mismo.

Entro por la puerta trasera y saludo a los cocineros mientras tomaba de un clavo un delantal que representaba la imagen del establecimiento. Salgo, dirigiéndome inmediatamente a una mesa donde hacía una pareja que había acabado de llegar. Con el pequeño bloc de notas en una de mis manos y el boli en otro me dirijo hacia allí y tomar su orden.

—Fideos negros, pescado y japchae —dije anotando su orden—. Estará listo en un momento.

Me dirijo hacia la pequeña ventanita que daba hacia donde preparaban la comida y digo la orden recién anotada.

—Hola dulzura —miro a mi amigo Dowon quien hace acto de presencia. Se me acerca besando mi frente.

—¿Que tal tu cena de ayer? —le pregunto.

—Te diera detalles pero no quiero traumar tu pequeña cabecita.

—¿Tan buena fue?

—La cena no, el que me invitó —dijo con sonrisita pícara.

—Como puedes ser tan desvergonzado —río levemente y él solo me dedica una sonrisa inocente.

Las continuas horas avanzaron y mientras yo me encargaba de los pedidos en el mismo restaurante Dowon era quien se encargaba de ir a llevar los pedidos y entregas a domicilio. La hora de cerrar llegó y me encargué de limpiar las mesas mientras Dowon por otro lado subía las sillas encima de estas cada vez que terminaba.

Daddy Issues |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Where stories live. Discover now