Doce

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                         Yoona;

En el taxi, de camino a la disco a la que iríamos, Somin iba muy feliz y emocionada. Yo digamos que estaba bien, sí, pero sin poder evitar pensar en el señor Jeon. Y estaba convenciéndome a mí misma, que el hecho de que él haya detenido lo que sea que pudo haber pasado en el auto fue lo mejor. La forma de la que él me hacía sentir, no era correcta. No podía pensar tanto en él, no podía confesarle, de hecho, no debí confesarle que me gustaba como decía mi nombre. En serio, no debí. Pero simplemente fue un poco más fuerte que yo. Pero ya pasó; solo... debía ignorar todo a partir de ahora.

Digo, si lo lograba.

—Oye, ¿estás bien? —me codea Somin haciendo que la mirase—. ¿Todavía sigues pensando que el vestido está mal? De verdad te queda hermoso.

Le sonreí un poco.

—Me lo has repetido tanto que me lo terminé creyendo —comento divertida.

—Bueno, ya olvídate de eso. Hoy hay que pasarla en grande. Conquistarás a unos cuantos hombres guapos.

Y no quería conquistar a ningún hombre. Suficiente que él que quería, era prohibido. Y además era su propio padre.

Minutos después llegamos a una discoteca popular en Itaewon y yo salí primero del auto junto con Somin y Hyunjin quienes salieron después de mí. Afortunadamente, la fila para entrar no estaba tan larga así que nos dirigimos hacia allí para esperar nuestro turno. Y en menos de veinte minutos entramos al lugar.

Las luces de colores, le daban un aspecto bastante lindo y cautivador a el interior de este. Y detenidos en el inicio de las escaleras nos dimos cuenta de las muchas personas que habían allí. Todos disfrutando del increíble y agradable ambiente con música pegadiza resonando.

Hyunjin fue por bebidas, mientras Somin y yo nos dirigíamos en busca de una mesa vacía que se nos dificultó encontrar debido a lo lleno que estaba.

—Daebak... esta es mi primera vez en una discoteca —susurra Somin—. Bueno, aquí en Seúl. En Busan iba todos los finde a una con Hyunjin. Pero esta es mucho mejor.

Hyunjin regresó al poco rato con piñas coladas. Yo le había pedido la mía sin alcohol porque no me gustaba para nada beber. Desde que mi madre se había vuelto... alcohólica, mi repugnancia hacia al alcohol aumentó mas. Así que me conformaba con una bebida suave que no tuviese involucrada a esa sustancia.

—Yoona, vamos a bailar —dice Somin emocionada.

—No, paso —río levemente.

—Venga, no me digas que viniste con la idea de quedarte sentada.

—Iré ahorita. Deberías disfrutar de bailar con Hyunjin. A mi me tienes un curso entero. A él no.

—Exacto —concuerda divertido el chico y sonrío.

Somin niega riendo y se va con su novio a la pista a bailar. Y sonrío un poco mirándolos. Se veían muy bonitos juntos. Y sin duda se notaba que estaban enamorados. Somin vivía hablando de él todo el tiempo, y en lo poco que ya había pasado junto a Hyunjin con solo mirarlo, noté que él se sentía de la misma forma que ella.

—Que difícil es para mí, ignorar a una chica guapa —levanté mi mirada hacia el chico de pelo color amarillo casi naranja con voz un poco ronca.

—¿Me... hablas a mí? —me señalo, un poco confundida.

—Creo que sí. Eres la única chica guapa que veo —dice divertido—. ¿Puedo sentarme?

—Oh, claro —le digo y él toma asiento en una de las sillas disponibles.

Daddy Issues |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora