9: Hablar antes de pensar.

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Park JiMin se consideraba un imbécil. Probablemente había sido la peor idea de su vida. ¿Ir al departamento de su empleado solo para hacer el papel de un buen jefe y abogado? Necesitaba que alguien lo golpeara.

—Creo que estoy siendo bastante pesado —digo alejando su tacto del rostro de JungKook, no soportaba ver a alguien llorar y con él no sería la excepción—. ¿Por qué no me echas a patadas?

—Porque... aunque sienta que debo de hacerlo, es mi jefe, creo que eso es lo que puedo responder —respondió JungKook con la voz débil. La culpa le cayó como un balde de agua fría.

Por eso odiaba usar la voz, tonto, tonto, tonto. JiMin quería darse un golpe con la pared.

—Vaya, ¿eso es bueno señor Park? —ambos dirigieron la mirada hacia la voz femenina que rompió su pequeño silencio, YongSun estaba que irradiaba odio—. No diré que está mal que venga a visitarnos sin avisar, lo que sí voy a reprochar es el que le haya hecho eso a JungKook.

—Ofrezco mis sinceras disculpas —intento defenderse, realizó una reverencia—. En serio, perdón.

Los tres adultos parecían dirigirse las miradas más serías que podían. JiMin quería saber si era posible intimidar a alguien con es, pues la Omega no parecía tan contenta. Mientras la pequeña riña de miradas se daba, nadie pareció notar que la pequeña HeeJin salió de la habitación y estaba escondida detrás de YongSun, eso no era bueno.

—Lo mejor será que me vaya —carraspeó y se acomodó las mangas de su camisa, hacía eso cuando estaba nervioso—. JungKook, te veo en el restaurante, hoy es tu día libre, así que...cuídate.

No escuchó algo que le diera a entender que sus palabras fueron aceptadas, realizando una última reverencia salió del departamento con la cabeza levantada, pero con la culpa carcomiendo su interior. Una vez que cerró la puerta, logró escuchar los improperios que soltaba la Omega de su persona. Tragó saliva, lo mejor era seguir su camino y esperar a que esa sensación se vaya de su cuerpo.

Revisó la hora de su celular, todavía era temprano y necesitaba llamar con alguien. No podía llamar a su familia, pero sí a su amigo. Buscó su contacto, lo presionó y esperó a que le contestara.

—¿TaeHyung? —al parecer lo había molestado durante su sueño—. Lo siento cielo, pero... ¿Puedo ir a tu casa?

No fue mucho tiempo en el que TaeHyung le digo que lo esperaría. Agradeció para después colgar la llamada con una sonrisa. Necesitaba desahogarse.

Una vez llegó al hogar de TaeHyung, el delicioso aroma de panqueques recién hechos lo saludaron primero que TaeHyung

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Una vez llegó al hogar de TaeHyung, el delicioso aroma de panqueques recién hechos lo saludaron primero que TaeHyung. Y eso que el Omega estaba todavía con una bata y parte de su pijama, recibiéndolo así con un abrazo y un pequeño beso en los labios. Un saludo al que estaban acostumbrados, pero que pareció ser especial para el Omega. JiMin lo sintió en su sonrisa.

—¿Hiciste eso en media hora? —preguntó cerrando la puerta tras sí, TaeHyung negó mientras se dirigía a la cocina.

—Es mezcla preparada, no fue mucho el esfuerzo que hice. ¿Quieres desayunar?

¡Papá en renta! ╿𝑱𝒊𝑲𝒐𝒐𝒌╿Where stories live. Discover now