030. new year's day.

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parte I.

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Aaliyah salió de la habitación, con las piernas temblando y una sonrisa nerviosa, caminó por los amplios pasillos de la casa y buscó bajar las escaleras de caracol, hacia el salón donde se suponía que Conrad y Theresa estaban. En el camino, se encontró con Priya, quién le dió una sonrisa falsa, que ella no tomó la molestia de devolver, de todos modos, nada iba a arruinar lo bien que estaba con Milo.

-Debes estar muy feliz.

-Si- concedió ella, dándole una sonrisa por encima del hombro- pero, iluminame, ¿ahora por qué?

-Presumiendo tu bonito y famoso novio.

-El presume a su bonita, famosa y millonaria novia, es algo mutuo- guiñó su ojo, dándole una mirada sería de pronto a su prima, haciéndola retroceder- escúchame, Priya, escucha con atención porque no voy a repetirlo dos veces, escucho algún comentario grosero y te arrepientes, te veo a ti o a tus amigas con una mirada rara y te arrepientes, haces la mínima cosa para intentar afectarme a mí y a mi relación, y creeme, te arrepientes.

Priya podía ser menor que Aaliyah, pero definitivamente, no era una niña inocente y buena, desde pequeña buscaba sabotear cualquier intento de felicidad que ella o theresa tenían, parecía haber nacido con un resentimiento hacia ellas, que no podían explicar, nunca le habían hecho nada.

-No sé de qué hablas, ¿yo? no sería capaz.

-Eres capaz, Pri. Te conozco. Lo que no eres es capaz de tener éxito en afectarme y eso te jode- dijo- no te metas dónde no te llaman.

Aaliyah y Priya tenían una relación complicada, eso era algo que todos sabían, que podían notar y darse cuenta por la forma que se miraban mordaz, pero Ali solo se defendía de una niña.

Dió la media vuelta, queriendo irse, pero la chica volvió a hablar.

-Brianna estará aquí al final de la tarde, por lo que recuerdo, se lleva bien con Milo.

Aaliyah rodó los ojos, bajando las escaleras, era absurdo enojarse, Brianna apenas cumpliría dieciocho en unos meses y Milo y ella ya estaban por cumplir los veintidós. Era una tontería.

-Uh, mírate la cara- dijo Conrad al verla entrar- pensé que estarías de buen humor, la pobre Genevieve venía de tu habitación con una cara de horror, se escuchaba por toda la casa.

Aaliyah le lanzó un cojín, mientras el rizado se reía, Theresa rodó los ojos, mientras leía en el sillón frente suyo, con los ojos clavados en el ejemplar del valle de las muñecas.

-Dile a Priya que si cree que comprarse los mismos tacones que yo, me hará enojar, se equivoca muchísimo- dijo Theresa en su usual tono de voz, como si tararea- me parece divertido que quiera ser como su tía.

-No entiendo estas peleas con la puberta, digo, no entiendo porqué se pelean con ella.

Ali se sentó junto a su mejor amigo.

-No peleamos, nos defendemos.

-Eso diría alguien que pelea.

-Oh vamos, me has visto pelear, Con. En cambio, lo que sucede con Priya es casi divertido, es como una pelea de niñas en una comedia para adolescentes.

Conrad suspiró.

-Al menos no rompiste narices, no otra vez.

Milo entró al salón confundido, con otra ropa y llenando el lugar con su perfume costoso, el perfume favorito de Aaliyah, la chica sonrió al verlo, haciéndole señas para que se acercase, se sentó junto a ella y luego la chica, se sentó en sus piernas, con sus pies recogidos en el sofá.

lavender haze (milo manheim) Where stories live. Discover now