Capítulo 6

2.2K 261 0
                                    

Tres días después de la comida con las madres de Jennie, Lisa recibió un mensaje de parte de la castaña.

Hola Lis

Perdón si te molesto, pero mañana tengo examen de cálculo y en verdad necesito ayuda.

La pelinegra sonrió enbobada y respondió.

Hola Jen, claro que te ayudo.
¿Quieres que vaya ahora a tu casa?

Jennie le respondió rápido.

Si no es mucha molestia, si unnie, por favor.

De acuerdo, voy para allá.

La alfa respondió el mensaje, guardó su teléfono y tomó su mochila, se arregló un poco el cabello y salió de su habitación con dirección a la puerta de su casa.

–¿A dónde vas? –preguntó Minnie sentada en el sillón.

–Con una… amiga, la voy a ayudar –la mayor se paró del sillón al escuchar eso.

–Voy contigo, ¿vas con la beta esa? –preguntó Minnie con interés.

–Ahm, no, no voy con Yuqi –dijo Lisa un poco confundida, observando a su prima.

–Ah, entonces diviértete. –dijo la mayor volviéndose a sentar y perdiendo el interés por completo.

–De acuerdo… nos vemos más tarde Min –dijo Lisa aún confundida por el comportamiento de su prima.

Salió de su casa aún pensando en eso.

¿Pasó algo cuando cuando Yuqi fue a dejar el videojuego?

¿Minnie le hizo algo a Yuqi o viceversa?

Diversas preguntas invadieron su cabeza hasta que llegó al hogar de la familia Kim. En verdad era una casa muy linda y pintoresca.

Tocó el timbre y esperó a que le abrieran.

La puerta fue abierta y una Jennie con una tímida sonrisa fue lo primero que Lisa vio. También un dulce aroma la invadió, era mucho más intenso de lo que Lisa acostumbraba a oler. Tal vez Jennie por fin había dejado de sentirse insegura sobre su esencia y estaba dejando de usar el inhibidor.

–Hola Jen –Lisa le sonrió.

–Hola unnie, pasa –Jennie se hizo a un lado y la dejó pasar.

Las dos subieron hasta la habitación de la menor donde estudiarían, Lisa no veía por ningún lado a Taeyeon y Tiffany. La casa estaba muy silenciosa.

–¿Y tus madres, Jen? –preguntó la mayor dejando su mochila en el piso y sentándose al lado de Jennie, frente al escritorio.

–Salieron –dijo Jennie sacando su cuaderno de cálculo–. Creo que a cenar con unos amigos, algo así –la menor se encogió de hombros y sacó su lápiz.

–Ah… de acuerdo –dijo Lisa tratando de quitar los pensamientos inapropiados que se estaban creando en su cabeza.

Estar en la habitación con la omega y sin nadie más en casa era una situación muy sencilla de pervertir.

–Empecemos, por favor, unnie –dijo la menor viéndola con una radiante sonrisa.

Lisa se golpeó mentalmente al ver a su menor, ¿cómo podía imaginar aquellas cosas con esa chica que irradiaba ternura por donde la mires?

–Claro Jen, ¿en que tienes dudas?

–En todo unnie, soy muy mala para esto y ya olvide todo lo que vi en las últimas dos semanas. –dijo Jennie haciendo un pequeño puchero.

Lisa se derritió de ternura al verla así.

–Entonces repasemos todo. —dijo Lisa tomando entre sus manos el cuaderno de la menor.

Jennie simplemente asintió y centro toda su atención en la explicación de la alfa, o al menos eso intentaba. Extrañamente el aroma de la mayor se había vuelto aún más del agrado de Jennie, haciendo que sus mejillas se calentaran.

La menor no había tomado en cuenta que su celo estaba por llegar pronto. Lo había olvidado por completo y todo gracias a Lisa, ya que últimamente no podía dejar de pensar en la alfa.

Después de una hora y media, Jennie suspiró aliviada y se recargó sobre la silla.

Por fin habían terminado, aunque la omega se distraía por el aroma de la mayor de vez en cuando, pudo entender absolutamente todo lo que Lisa le había explicado.

La última hora y media también había sido muy complicada para Lisa, ya que con cada minuto que pasaba el aroma de la menor se intensificaba y provocaba que la alfa se distrayera y por momentos la hacia olvidar todo lo que sabía de cálculo.

–Bueno, por fin terminamos Jen. –dijo Lisa viendo a la menor y notando que sus mejillas estaban más rojas que de costumbre.

–Si, enserio gracias unnie. No se que hubiera hecho sin ti –dijo la menor regalándole una sonrisa a Lisa. Esta se la devolvió y comenzó a guardar sus cosas.

–No es nada Jen, somos amigas y las amigas se ayudan –Lisa le sonrió antes de cerrar su mochila– ¿Podría ir a tu cocina por un vaso de agua?

–Por supuesto unnie –dijo la menor– ¿Me traerías uno a mi también?

–Si, no hay problema –respondió la mayor levantándose de la silla en la que estaba para ir a la planta baja.

–Gracias –dijo la omega con una pequeña sonrisa.

Lisa se la devolvió y abandonó la habitación. Cuando llegó a la planta baja suspiro aliviada. La dulce esencia de Jennie la estaba mareando, era muy fuerte y en verdad deliciosa.

Llenó dos vasos con agua y hielo y comenzó a subir las escaleras.

Conforme subía, el dulce aroma volvía a invadir sus fosas nasales. Soltó un gruñido cuando la sintió aún más intensa, pudo sentir presión en sus pantalones y los nervios la invadieron.

Tal vez, muy probablemente, Jennie había entrado…

Lisa abrió la puerta lentamente y lo que sus ojos presenciaron hizo que la presión de su pantalón se intensificará hasta el punto de doler y que su respiración se hiciera más rápida.

La omega estaba tirada en la cama con sus ojos cerrados moviendo sus caderas en busca de fricción con su colchón mientras gemía y jadeaba.

Su rostro estaba comenzando a sudar y sus mejillas estaban más rojas que nada.

El olor a lubricante llegó a la nariz de la alfa y tragó saliva. Jennie por fin abrió los ojos y volteó a ver a Lisa con un brillo especial en sus ojos.

–L-Lili –dijo la omega haciendo más rápido el movimiento de su cadera –, ven aquí, por favor…

En celo… Jennie había entrado en celo.

Y al parecer Lisa se encontraba en la misma situación.

Sweet scent - JenlisaOnde histórias criam vida. Descubra agora