Una mentira blanca

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En el segundo día no era necesaria la entrada de los emperadores juntos, ni mucho menos la presencia de toda la familia real, por lo que me relaje bastante mientras bajaba las escaleras hasta el salón, allí se encontraban muchas damas conocidas y otras tantas de quienes ni siquiera pude conocer su país de origen.

Terra caminaba a mi lado con la cabeza en alto y la espalda recta, algo raro en ella que siempre buscaba la forma para pasar desapercibida entre los demás, pero pronto me di cuenta de lo que en realidad estaba intentando, no quería llamar la atención, quería encontrar a alguien. Elevé la mirada hacía donde ella apuntaba y pronto me encontre con dos situaciones similares que aunque ya parecían ser el pan de cada día no dejaba de provocarme dolor de cabeza; En un círculo relativamente pequeño y algo alejado de la multitud se encontraba Navier, rodeada de la condesa Eliza, Laura y siendo acompañada por la princesa Soju del reino del sur,  antes de acercarme a ellas fuí interceptada por Nefera, la cual corrió como si la vida se le fuera en ello hasta llegar a mi lado.

-Su alteza imperial, me ha hecho esperar demasiado, quería hablar con usted -Saludó la rubia a la par que se inclinaba en una reverencia, se veía agotada y ligeramente despeinada, me encogí de hombros sin decir mas- ¿Puede venir conmigo, princesa? Enserio me gustaría discutir sobre una... Hmmm... ¿situación? -Se frotó las manos nerviosa, como si hubiera practicado tendidamente sus palabras y súbitamente las hubiera olvidado.

-Ahora no es momento, lady Nefera -Respondí todavía con la mirada perdida en el punto que Terra observaba, no encontraba aquello que tanto llamaba su atención y no quería hacer mención de ello con una extraña cerca -Puede esperarme junto a la emperatriz, estaré allí en un minuto.

-Pero, su alteza... Esta bien - Vi como la delgada figura bajaba la cabeza y poco a poco se encaminaba al círculo que rodeaba a Navier. Nefera ha cumplido dieciséis años hace relativamente poco por lo que su debut en sociedad ha sido muy reciente, es lógico que no se lleve demasiado bien con las otras nobles de su edad, aún mas si tomamos en cuenta que su madre se ha ganado la fama de ermitaña, se dice que hace casi dos décadas que no sale mas allá del limité de su mansión, ni siquiera asistió al debut de su hija, y pese a todo eso, se que ella mantiene una pequeña relación con Laura, por lo que espero que al unirse a su conversación olvide lo que tenga que decir.

-¿Sucede algo, Terra? ¿A quién buscas? - Cuestioné algo irritada ya por que lo que fuera que mi compañera necesitara no parecía estar cerca.

-A la vizcondesa Verdi -Respondió en voz baja justo antes de volver a su postura normal, echo un vistazo rápido alrededor y luego negó con la cabeza decepcionada.

-¿Por que la vizcondesa? -Es extraño por si mismo, ella es una de las damas de compañía mas antiguas de Navier y hasta ahora me percató de que no esta a su lado, Terra la conoció hace un par de año, fue ella la encargada de enseñarle sobre etiqueta y modales del palacio, he escuchado rumores de que su esposo e hijo han tenido muchos problemas y por eso mismo su familia esta corta de dinero, quizás por eso quiere encontrarla, aún debe de sentir algo de cariño por ella.

-Ella ha renunciado a ser la dama de compañía de su alteza, y también le pidió prestada una gran suma de dinero - Asentí de forma casi imperceptible ante su respuesta antes de caer en cuenta de lo obvio, si ya no trabaja para Navier no tendría motivo para estar en la celebración -Eso paso ayer en la noche, y hoy en la mañana escuché que ahora trabaja para... Rashta -Notó como su voz suena mas gruesa y le cuesta decir esa última palabra, es de admirar como sigue queriendo proteger a esa mujer, ¿Esa clase de solidaridad existe en todos los esclavos? Es algo muy anormal si lo comparó con la constante competencia que es la nobleza, donde cualquiera puede iniciar un rumor por muy mínimo que sea e intentar arruinar la vida de alguien.

QUEEN ~ La Emperatriz DivorciadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora