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Aquella mañana el clima estaba algo lluvioso, me había despertado por el olor a pancakes y miel.

Me iba a levantar y recordé que estaba desnuda.

Me levanté de la cama y fui al baño para ducharme, cepillarme y arreglarme.

Luego de ducharme, me coloqué un simple vestido azul y me peiné.

Salí a la cocina donde encontré a Lauren preparando el desayuno.

-Buenos días, princesa-me dijo Lauren entregándome un plato con pancakes con miel y un jugo de manzana.

-Buenos días-dije sonriendo y comencé a comer-creí que te ibas a ir por la noche.

-Camz, la oportunidad de verte sonreír no es algo que se pueda ver todos los días-dijo y se sentó a comer conmigo.

-¿Hoy no irás con tu papá al taller?-preguntè.

-Nah, quiero pasar tiempo con mi chica favorita-dijo guiñándome el ojo-y además, alguien debe cuidar de ti.

Me reí en voz baja y seguí comiendo en silencio.

-Camz, te amo-dijo Lauren tomando mi mano-de verdad eres una persona asombrosa, no dejes que nadie te apague-dijo sonriéndome.

-Lauren, deja de preocuparte tanto por mí-dije mientras tomaba un sorbo de jugo-te esfuerzas mucho haciendo este tipo de cosas y yo... Solo te veo como una amiga, y créeme que me siento mal por eso.

Ella bajo la mirada triste, tomó su desayuno y se fue a la sala. Entendí lo que quiso decir con eso.

Claramente Lauren estaba molesta conmigo. Se bien que eso le dolió.

Dejé la comida sobre el mesón y fui a mi cama a acostarme.

No podía  creer que con solo seis simples palabras había logrado herir a Lauren, de tal manera que se molestó conmigo.

No quería dejar las cosas así.

Decidí levantarme e ir con ella.

La Vi sentada en el sofá mientras miraba su celular con lágrimas bajando por sus mejillas.

Maldita sea, ahora me sentía peor que antes.

-Lauren... ¿Estás bien?-pregunté y me senté a su lado.

-Si, yo solo... Miraba mi galería-dijo y apagó su celular.

-Se que te molestó lo que dije-hablé mientras acariciaba su espalda-y lo siento.

-No tienes de que disculparte, Camz-dijo mostrándome una débil sonrisa.

-Lauren, no estás bien-dije sin pensarlo-puedes contar conmigo y contarme lo que sea.

Ella solo me miró con lágrimas en sus ojos y me abrazó.

Nunca en mi vida había visto a Lauren así de destruída. Sentía ahora que era gracias a mi.

-Camz, mi padre me echó de la casa-dijo entre sollozos-no tengo donde quedarme, todas mis cosas siguen allí y no se que haré ahora-habló mientras su voz se quebraba poco a poco-siento que literalmente estoy perdida, que ahora mi vida será un desastre, queda no tengo a alguien que me guíe y me explique cómo sobrevivir en este mundo lleno de decepciones y mentiras, me siento como una estúpida ahora, como una inútil... ¡No soy nada sin mi padre!-gritó desesperada y comenzó a llorar desesperadamente.

Reconocía ese estilo de llanto, y esa desesperación.

Lauren estaba teniendo un maldito ataque de ansiedad.

-Hey, Laur, tranquila... Respira-dije intentando calmarla-ya, relájate. Puedes quedarte aquí, yo mandaré a recoger tus cosas en tu casa, vivirás conmigo. No debes pagar nada, solo quédate aquí. Ya, solo siéntate y respira-dije tranquilizándola.

Friends with Beneficies | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora