Capítulo 30: Confesiones adelantadas

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Narra Zack
Pase toda la noche planeando el lugar, hora y fecha para mi confesión a Marck, sin embargo, aún hay algo que hacer, y es hallar una forma de poder controlar mis nervios para ese momento, de solo pensarlo me tiemblan las manos y mi boca se entorpece, se me olvida hablar, empiezo a sudar; lograr calmar mis nervios ha de ser mi principal pensamiento en este viaje. Pero me tarde tanto en planear todo, que buscando una forma de apaciguar mi nerviosismo me quedé dormido, tan cansado estaba que ni siquiera escuché la alarma de mi celular para levantarme y arreglarme. Sin embargo, algo me ayuda a despertar de mi profundo sueño, fue tres toques que dieron a mi puerta acompañados de una voz conocida que me llamaba, sorprendido de oír mi nombre me levanté con unos quejidos, pues me dolían los ojos y la cabeza por la trasnochada de anoche, y con algo de esfuerzo logré pararme y preguntar por la persona que me llamaba, pero para mi sorpresa era Marck, quien me buscaba para ver cómo estaba, puesto que me ausente en la hora acordada, aunque para mí suerte aún tenía tiempo, él me contó que Tomás y María se les olvidó que no había restaurantes cerca por donde vamos, así que nos tocó desayunar aquí; Marck se retiró después de eso. Rápidamente me metí en la ducha, me vestí, me cepille y fui hacia la cafetería que previamente Marck me comentó; sorprendentemente el cansancio parecía haberse ido, o al menos disminuído en gran parte, durante el trayecto no sufrí de ojos pesados o bostezos constantes. Llegué a la cafetería y vi a todos sentados en una mesa ya desayunando.

Zack: -Perdón por la tardanza-Exclame mientras me rascaba el cuello en señal de vergüenza-

Tomás: -Pero si ya despertó el Bello Durmiente-Dijo con tono burlesco-

Marck: -Todos hemos tenido malas noches, y tu no eres excepción, ¿O se te olvida lo del parque de atracciones?-

Tomás: -No me dejas divertirme-

María: -Ahem-Tose fuertemente para llamar la atención-¿Podríamos una sola vez comer sin tener una pelea? Gracias-

Zack: -...-

Guarde silencio y me senté al lado de Marck, levanté la mano y llamé al mesero para que tome mi pedido, el cual se demoró unos 7 minutos y me lo trajeron, pedí unos huevos al gusto con un tinto. Pero mientras comía vi como Marck le dijo algo a María y los dos se pararon, yéndose a fuera de la cafetería. Aprovechando la situación opte por decirle a Tomás que ya tenía casi todo listo para el gran momento, después de todo él se había ofrecido a ayudarme.

Tomás: -Algunas veces me dan celos de lo bien que se llevan esos dos, pero sé que ni Marck ni María serían capaces de traicionarme-Dijo sin parar de verlos-

Zack: -Tomás-

Tomás: -¿Dime?-

Zack: -Emm, sé que no es el mejor momento, pero ya que por fin estamos solo los dos te quiero decir que ya tengo un plan para confesarme a Marck-

Tomás: -Oh, ¿Y también planeaste qué le vas a decir?-

Zack: -No... Tenía planeado hacerlo en el carro mientras viajabamos-

Tomás: -Pues si necesitas ayuda en algo solo avísame. Sé que no somos los mejores amigos, o no los más convencionales, pero estaré a tu lado cuando lo necesites, al fin y al cabo, por mucho que peleemos, somos amigos-

Zack: -Muchas gracias, en serio-

Tomás: -No hay problema. Pero vayamos a pagar que ya está haciendose tarde para empezar el viaje-Expreso mientras se paraba de la silla-

Zack: -Tienes razón-Terminando de tomar el sorbo de café que quedaba en mi tasa-

Fuimos a pagar y, como de costumbre, terminamos pagando cada uno lo de nuestro ser cercano, Tomás le pago el desayuno a María y yo a Marck. Salimos de la cafetería encontrándonos a los dos que previamente habían abandonado antes que nosotros.

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