❝ Yeosang es un niño de siete años que diagnosticaron con Hafefobia a muy temprana edad. Yunho es un niño de nueve años que no sabe por qué tiene que jugar con otro pequeño que ni siquiera conoce y además parece tenerle miedo. ❞
ESTÁ OBRA NO ES DE...
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Yeosang logró, sin saber como, soltarse del agarre para dar pasos apresurados hacía atrás, con la intención de alejarse.
El hombre cayó al suelo, sin lograr mantener el equilibrio. Se quedó llorando en el piso, diciendo que era un asqueroso ser humano y merecía ir al infierno.
Yeosang era demasiado bueno, por lo que no pudo evitar sentir lástima por él. Aunque lo hubiera lastimado. Aunque incluso lo hubiera dejado con un trauma eterno.
Yunho fue a abrazarlo, sintió el corazón del menor latir acelerado pero él estaba tratando de regular su respiración.
En un movimiento rápido, el hombre se levantó del suelo y les dio una última mirada a todos, pateó la puerta y se fue corriendo sin que Yunho pudiera alcanzarlo.
Yeosang se sentó junto a su madre en el piso y comenzó a llorar.
— Mi amor, tu no tienes la culpa de nada. No malgastes lágrimas en alguien que no vale la pena, además yo estaré bien. Mami es fuerte y estará junto a ti mucho tiempo más, igual que Yunho.
Yeosang poco a poco se fue calmando, la policía llegó poco después y su madre tuvo que salir a hablar con ellos por el desastre de la casa.
Yunho se quedó adentro con el de cabellos grises. le dio muchos besos por todo el rostro, limpiando los rastros de lagrimitas que había en sus mejillas.
Ambos subieron juntos a ordenar el caos de la habitación del más alto.
El menor se sentó frente a la pared que antes tenía su dibujo, y se le oprimió el corazoncito.
Su esfuerzo se desvaneció en rasguños y cortes en la pintura.
Ya no se veia nada bien.
El alto lo levantó de allí, después de que la mujer les avisara que cerraran bien todo para que Yeosang pudiera descansar. Mañana tendrían que ir a declarar.
Se acostaron juntos y Yunho besó los labios de Yeosang, una y otra vez.
Luego acarició su cabello, asegurándole que nunca había estado tan orgulloso de él y su valentía.
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