Capítulo ⁵

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Todos los que estaban en la finca mariposa, buscaban donde poder esconderse mientras que la menor contaba como podía

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Todos los que estaban en la finca mariposa, buscaban donde poder esconderse mientras que la menor contaba como podía.

Jugaban a las escondidas con (N), pues la señorita Shinobu había dicho que le ayudarán a agudizar sus demás sentidos y para los tres cazadores las escondidas fue una buena idea, ella tendría que usar sus demás sentidos para buscarlos.

—- Uno, dos, tes, cuato, seis... doce, sete, veinte —- la nena contaba como podía.

Y al pasar unos segundos ella dio por finalizado el conteo.

—- ¡Temine de conta, Aniki! —- pero no recibió respuesta.

Comenzó a caminar con cuidado entre los pasillos de la finca, los cuales ya empezaba a reconocer.

Mientras ella buscaba, los chicos se escondieron en diferentes partes, al igual que las tres pequeñas chicas y Aoi.

—- ¡Aniki! ¡Tanjido! ¡TsuTsu! —- gritaba la menor.

Pero poco sabían, que la niña no sabía jugar a las escondidas.

(N) trataba de oírlos u olerlos cómo lo hacían los dos chicos, pero aún no podía sentir nada.

—- ¡Aniki! ¡Tanjido! ¡TsuTsu! —- la desesperación comenzó a invadirla.

Recorría toda la finca tratando de hayar a sus amigos.

Pero al no tener éxito alguno, se sentó en donde estaba para así comenzar a llorar.

Aoi, quien era la que estaba más cerca, salió de su escondite y corrió hasta la menor.

—- ¡Pequeña (N)! Tranquila, calma

—- ¡Aniki! —- por más que lo intentaba, no conseguía hacer que se tranquilice, su única opción fue buscar a Inosuke.

Rápidamente corrió hasta donde había visto a los chicos irse a esconder, la cocina, entro encontrándose a los tres.

—- ¡Oigan! El juego termino, (N) está llorando, será mejor que vayas Inosuke

Y claro, el jabalí no dudo ni un segundo y fue en busca de su hermanita.

Para encontrarla sentada tapando sus ojitos de los cuales caían esas gotitas saladas.

—- ¡Aniki se fue! ¡Aniki se fue!

El jabalí se acercó a esta, inclinándose a su altura y colocando una mano en su cabeza.

Ella paro de llorar un momento, reconocería el tacto áspero y cálido de su hermano, pidió ser cargada y Hashibira se lo concedió.

—- ¡Aniki! —- oculto su carita en el hombro del muchacho.

—- ¡Calma! ¡Tu gran Aniki jamás se iría de tu lado !

Solo fue suficiente un par de caricias en su espalda para hacer que calmara su llanto.

𝐓𝐈𝐄𝐑𝐍𝐀 ━ Kimetsu no Yaiba ✔Where stories live. Discover now