Capítulo 2: La estancia

269 19 28
                                    

—Veamos — observó mientras manifestaba a STAR PLATINUM—. ¿Puedes verlo?

—¿El qué?

«Entonces no posee stand, ¿debería considerarlo como una amenaza?»

—Dime, qué eres exactamente.

—Soy gay, digo soy Pou.

—Comprendo.

«No se lo está tomando en serio , ¿verdad? » —suspiró Jotaro.

Miró de reojo al grano de arroz, pero ni siquiera estaba prestando atención. Estaba más centrado en el sofá que el interrogatorio.

Pou ya había reservado una habitación para el hotel, pero Jotaro no estaba seguro si Pou era peligroso, así que decidió que Pou estaría con él hasta que averiguase de que no era una amenaza. 

Jotaro se quedó pensando sobre el tema, quizás demasiado concentrado porque no se dio cuenta de que alguien estaba mirando.

 Se dio cuenta de que Jotaro bajó la guardia y como buen simp se quedó visualizando sus ya saben qué (incluido el lanzacohetes).

Babeando, observó la vestimenta de Jotaro y uff, lo primero que le llamó la atención era una camisa térmica, esas donde se pueden ver el relieve del cuerpo, en este caso, el de sus tetas y abdominales. Simplemente una hermosura, con el torso como una montaña bocabajo, con esos hombros fornidos que actuaban como la planta y su cintura como el filo de la montaña. 

Unas cuantas gotas de sangre salieron de su nariz indicando una leve excitación.

Jotaro continuaba buscando respuestas y pensó, que quizás con el viento encontraba algo. Abrió suavemente la ventana, cosa que emocionó aún más a Pou por la gentileza, aunque no era mucho, lo que sucedió después... fue una locura. Una ráfaga de viento acarició su bello rostro, resplandeciendo su perfil, sus ojos azules avivaron más la éxtasis de Pou, joder era literalmente un puto macho alfa.

Las cuantas gotas se convirtieron en una gran cascada, trató de taponarlo con las manos, pero era imposible, su barrera de manos era casi inexistente. Tal vez tumbándose en el sofá ayudaba a reducir la fuente. Jotaro era un papucho, no podía negarlo, su cara parecía tallada por los mismos ángeles. 

Era demasiada belleza para Pou, no podía seguir mirándolo, si no se le iban a derretir los ojos de semejante papu. 

—¿Por qué estoy sintiendo un aura pervertida? —susurró Jotaro.

Pou para no seguir contemplando semejante escultura, dejó de mirar su cara, centrándose en parte inferior, dándose cuenta de su...esto... gran soldadote...

(Tratando de encontrar una forma elegante de describirlo) 

"Aparato reproductor masculino sin haber tenido un aumento de sangre que reforzara la rígida de los músculos."

A Jotaro se le ocurrió una idea para probar sus capacidades , así que giró su cabeza para contárselo, y..., ¿cómo describir la escena?

Pou, tumbado en el sofá, con respiración agitada y los ojos en forma de corazón. Al lado, un charco de sangre. No hacía falta ser un experto para saber qué había pasado. Se dio cuenta casi instantáneamente de que Jotaro se estaba fijando en el charco de sangre y pegó un salto que casi le da fimosis anal.

—Hmm, voy a hacer un pequeño experimento sobre ti. — dijo Jotaro carraspeando, ignorando lo demás.

—¡E-entendido! —trató de ocultar su extasiada voz.

Jotaro activó a Star Platinum para probar su capacidades físicas e intenta noquear a Pou mediante un golpe hacia la nuca, pero como Pou no tiene cuello no le afectó el golpe y debido a la fuerza devastadora de Star Platinum, Pou salió volando y rebotó contra la pared, y luego chocó con algo mullidito y caliente.

Supo lo que era el momento que lo sintió, así que actuó como si estuviera inconsciente, para seguir disfrutando de su acolchada almohada.

—Pou, sé que estás consciente, ¿podrías quitarte?

Lo dijo seco, sin ninguna pizca de vergüenza o algo por el estilo, tristemente Pou tendría que seguir imaginándose sus fantasías +18. Deseaba que algún día sus fantasías se hicieran realidad aunque era poco probable.

Había notado que el tono de Jotaro era más agresivo que antes y lo primero que pensó fue un macho dominante dándole duro contra la pared.

—Pou, ¿te podrías quitar? — advirtió Jotaro con un tono feroz de esos que a Pou le ponían.

Pou no se lo podía creer, la calidez y la mullidez del regazo de Jotaro era asombrosa, era una sensación incapaz de expresarse con palabras, ¡¡pero sí con números, 10/10!!

Yare Yare daze — suspiró Jotaro y añadió—: Intenté ser amable contigo, pero me estas sacando de quicio y me estoy cabreando, puta.

—¡¡Lo siento señor Jota...Pwegh!!

Pou no pudo terminar la frase ya que sintió un dolor agudo en su cara mientras voces ensordecedoras llenaban la habitación.

—¡¡ORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORA!!¡¡ORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORAORA!!       ¡¡ORAAAAAA!!

«¿¿QUÉ COÑO, DE DÓNDE VIENEN ESAS VOCES DE HOMBRE MADURO??»

Eso fue lo último que pudo pensar Pou, antes de desmayarse.

Varias horas pasaron y Pou se despertó del coma que había entrado por las cachetadas de Jotaro.

—Me siento horrible, es como si me hubieran arruinado todas las partes de mi cuerpo. Aunque no me desagrada la sensación de dolor como lo haría una persona normal — dijo Pou un tanto sospechoso.

—Dios mío, podrías callarte de una maldita vez, odio la gente ruidosa.

Saben esas series anime de los 90 donde una chica con ojos muy llamativos se gira lentamente al escuchar la voz de su crush, pues imaginaos esa escena. Lo que no cuadraba eran los pensamientos h que Pou se imaginaba.

—¿Puedes sacarte de tu cabeza esos pensamientos asquerosos? —dijo asqueado Jotaro.

Ni Pou se dio cuenta de que ya estaba babeando con la figura de Jotaro.

—¿Cuántas horas han pasado desde que me he desmayado? — preguntó Pou, secándose la baba.

—3 horas, 35 minutos y 15 segundos — le respondió Jotaro.

«¿QUÉ VERGA? Necesito a Jotaro para ayudarme con las funas en Twitter, con su inteligencia asombrosa podría doxxear a cualquiera» pensó Pou.

Jotaro dejó de leer la novela y lo puso en su mesilla. Después de eso, se puso la gabardina y abrió la puerta de la habitación.

—Tengo unos asuntos pendientes que hacer, ni se te ocurra salir AFUERA —dijo Jotaro mientras iba saliendo de la habitación.

—¡Sí, Jotaro!

—Más te vale, perra escandalosa —dijo Jotaro.

Y cerró la puerta de un portazo. En ese momento Pou se encontraba bastante débil y somnoliento a pesar de que acababa de dormir 3 horas decidió echarse una siesta en la cama de Jotaro para estar rodeado de su "esencia".

—Sólo va a ser una siestecita, nada malo podría pasar.

Y con esto dicho, Pou cerró los ojos y mimió.

Notas del autor: Esto no va a ser una serie H, lo prometo. 

Pou en MoriohWhere stories live. Discover now