Jun amaba demostrarle cuánto amor tenía para ofrecerle a su pareja, siempre besándolo suavemente; otras con pasión, tomándolo de la cintura para luego susurrarle palabras bonitas, dedicándole canciones en el piano que habían comprado para su hogar, acariciando sus cabellos oscuros, pero lo que más amaba hacer de todo lo mencionado era acurrucarse luego del trabajo de ambos.
Jun era profesor de canto y piano, mientras que Chan lo era de danza.
Ambos trabajaban en la misma academia, pero en distintas áreas por lo que se veían solamente a la mañana cuando se dirigían en el auto del mayor y a la salida donde iban de nuevo a casa.
El mayor esperaba muy emocionado que llegara el fin de semana, ya que los sábados en la noche veían películas acurrucados en el sofá de su departamento y esa tan esperada noche no fue la excepción.
Preparando todo, su recipiente de palomitas dulces y la película, esta vez tocaba sentimental, por ende decidieron ver Bajo la misma estrella.
Ninguno la había visto aún y por la sinopsis llegaron a la conclusión de que, efectivamente, iban a llorar como niños pequeños.
Con el lamentable incidente de Gus, el protagonista, en el interludio de la película, sus ojos estaban muy rojos de tanta lloradera. Conforme pasaba la película con la vida después de Hansel, la otra protagonista, Chan decidió acurrucarse, sentándose en el regazo de su hyung apoyó la cabeza en el pecho de este y con su pañuelo en mano limpiándose la nariz a cada rato, fue abrazado por la cintura, quedando así en esa posición.
Se mantuvieron de esa forma hasta el final del film donde ambos, mientras los créditos pasaban en el televisor, conectaron miradas y, sin dedicarse ni una palabra siquiera, se sonrieron de lado.
Habían aprendido el tan hermoso significado que la película les habría dejado plasmado en sus corazones en ese momento: la vida no es fácil, pero merece la pena vivir. Una muy maravillosa frase, la cual ellos se encontraban felices de experimentar estando en brazos de su persona más amada en el mundo que sin esperar nada a cambio le brindaba todo de sí para verlo ser siempre feliz.
La vida no les era fácil a ellos para nada, teniendo que estar distanciados en su día a día, no pudiendo demostrar su amor en cualquier lugar donde estuvieran, teniendo soportar las miradas de los demás por ser dos personas del mismo sexo, pero a ellos no les interesaban en lo más mínimo esas acusaciones, ya que se amaban y darían su vida por el otro.
Apagando el aparato en frente de ellos, el mayor cargó al menor tomándolo de la cintura y piernas, llevándolo hacia su habitación donde, luego de depositarlo gentilmente, se acurrucaron uno al lado del otro.
-Junnie hyung, te amo.
-Yo también lo hago, mi amor.
Y con esas palabras se entregaron a los brazos de Morfeo.
Una película puede hacerte ver lo que a veces, por la monotonía o el cansancio, no te pones a pensar ♡
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