🔮another story🧸

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Luego de unas horas de viaje, el día de playa comenzó. Un híbrido azabache de 4 años estaba intentando escaparse de su papá Vegetta quien intentaba ponerle bloqueador solar. Pero sus intentos fueron inútiles ya que Rubén lo agarro de sorpresa mientras se escondía detrás de la reposera. Resignado dejo que le pongan la crema, sus mejillas y nariz quedaron completamente blancas, ahora seguro que cuando jugará con la arena se le pegaría todo a su rostro.

Luego de eso lo liberaron para que pueda jugar libremente pero obvio a la vista de papa Veg sino lo castigarian sin postre y el amaba el postre. Se sentó en el suelo comenzando a jugar y construir con la arena, era perfecionista y amante de los castillos como su padre así que no dudo en hacer algunos y decorarlos con caracolitos que encontraba por ahí.

Encambio Ruben ya se había puesto cómodo en su reposera, tomaba sol a gusto pero con un regaño de su esposo que no se exponga demaciado al sol ya que se podía quemar. El otro adulto, mas razonable se encontraba debajo de la sombrilla morada, leía un libro tranquilo aunque con miradas en vez en cuando a su pequeño, también agregaba comentario como "que lindo castillo, cielo".

Y así fue durante un rato, luego su niño le pidió ir al mar y ese era trabajo del híbrido castaño, así que se levantó y lo alzó poniéndolo en sus hombros, se dirigo al mar donde lo bajo y lo hacia jugar con las olas. Samuel sacó su celular y comenzó a sacarle fotos a la hermosa escena de padre e hijo que tenían. Estaba muy feliz de su pequeña familia.

Cuando comenzaba a bajar el sol la familia comenzó a levantar sus cosas para irse, Spreen estaba completamente dormido así que el castaño lo tenía a upa con un solo brazo ya que en el otro ayudaba a su esposo a cargar las sillas.

Fueron al lugar que rentaron para esos días y acomodaron al pequeño en una de las camas del lugar. Los adultos decidieron hacer una pequeña cena y luego ir a dormir con su hijo, fue un día divertido pero cansador.