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Resultó que un hombre llamado James Rutland se aventajó a la investigación de los portales en Bolivia. Le desconocíamos antes de que Lara encomendara a Zip la pequiza identificatoria tras haberse confrontado con él en Bolivia. Él no fue amistoso y ella tampoco.

Las camaras satelitales afheridas al arnes de Lara nos permitía mantener una mirada de lo que ella tenía enfrente, de ese modo podíamos ayudarla en tiempo real. Zip y yo debíamos pasar horas pegados a los ordebadores.

Pasada una semana regresó, pensativa y silencioso. Hacía mucho que no reconcía ese semblante, supe que su enojo se había esfumado.

—¿Entonces quién es? —preguntó Lara.

—Te topaste con James Rutland —Anunció Zip. Utilizó la captura del rostro de Rutland en la transmisión para buscarlo en una base de reconocimiento facial que le otorgó información. Era hijo del senador a quien había conocido esa semana. —fue a Weist point y no ha hecho anda más. —Lara sintió y le solicitó reproducir las grabaciones que hizo.

—Wiston, mira esto —Le solicitó Lara. Él conocía perfectamente lo acontecido con la familia Croft. Sabía todo, y nosotros poco y nada.— El zócalo es casi idéntico pero con una configuración distinta. —se refería al supuesto portal. 

—¿Idéntico a que? —Quise saber. Ella me miró y me rechazó la mirada, recordó qie estaba molesta por haberla contradicho los últimos tiempos. Realmente le importaba mi opinión.

—Algo que vi hace mucho tiempo en Nepal, a muchos kilómetros de cualquier cultura preincaica. —Respondió, no quiso ser grosera. Pero eso sí, se mantuvo indiferente conmigo. Winston observó en la grabación el fragmento de una espada que Rutland le presumió a Lara cuando se confrontaron en Bolivia.

—¿Le parece que se trata de una pieza de la espada? —Preguntó Winston. El misterio era agobiante.

—¿De qué espada? —Pregunté en tono cómico para que no pareciera que realmente tenía interés. Un intento fallido para derrumbar los desaires de Lara. Todos me ignoraron, me mostré entrometido. Yo estsba incomodo.

—Lo más probable es que sea una idéntica —respondió Lara. Se negó a verme y se dirigió a Zip. Me sentí tenso. —Zip, quiero que investigues todo lo que sepas del tal Rutland, especialmente en donde se encuentra ahora mismo.

—Chance: Perú. Mencionó Paraíso.

—Mejor dicho, insinuó que allí había información del paradero de los fragmentos.

Estaba molesto y traté de esconderlo. Pero no pude, fue evidente que los tres se percataron. Entonces, cuestioné sobre lo que Rutland había mencionado de Amanda.

—¿Qué fue lo que realmente pasó en paraíso con Amanda? —Pregunté, Rutland había hablado sugerentemente de lo que había pasado con Amanda tiempo atrás. No fue correcto, pero quise exhibirla, estaba desesperado por recuperar su aprecio, y lo hice de las peores maneras.  Como Zip tenía nociones de lo acontecido, negó en signo de vituperio ante mi actitud.

Lara ignoró mis preguntas y con madurez me habló como jefa.

—Aleister, repasa estas imágenes para ver que puedes averiguar. Zip, llama a Anaya e intenta que se reúna en paraíso conmigo el sábado por la mañana.  —Se alejó con firmeza sin mirar a ninguno e los tres.

Cuando se topó con Rutland, éste dijo que Amanda le mencionó sobre lo despistada de Lara. Dando a entender dos cosas: que había encontrado un fragmento de la dichosa espada de la que poco sabíamos con Zip, en Paraíso; y que Amanda estaba viva. A juzgar por la respuesta de Lara supe que la posibilidad la agobió.

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