Capítulo 7

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Entramos y el olor a alcohol, tabaco y sudor inundó mi nariz.

Nos deslizamos entre la multitud intentando llegar a un lugar más tranquilo. Ahí fue donde vi a Peter y otros compañeros del secundario. No tenía un vínculo fuerte con ninguno de ellos, sin embargo, habíamos intercambiado palabras unas cuantas veces y me agradaban.

Hablaban del colegio, de la fiesta, deportes y más cosas que no lograba escuchar bien por la fuerte música.

Los chicos se fueron. Estaba sentada en un sillón negro junto a Mel y un chico llamado Nate. Tenía unos ojos azules profundos como el océano, cabello azabache y lacio, su piel era pálida y tenía unos carnosos labios rosados. Hablábamos entre los tres de temas al azar.

Nate no iba a nuestro secundario. Nos contó que era amigo de Peter y que lo conoció en una fiesta como esta.

Un rato después se acercaron unas cuantas personas más, estaban por jugar a girar la botella. Mel quería jugar y nos arrastró con ella, no tenía nada más que hacer así que decidí jugar. Nate también.

Nos fuimos a un lugar sin tantos muebles para tener más espacio y hacer la ronda. Cuando todos estábamos acomodados, una chica peliazul giró la botella, empezando el juego.

Después de unas cuantas rondas llegó mi turno. Afortunadamente no habia besado nadie, hasta ahora. Acerqué mi mano al frío vidrio verde de la botella y la giré . Todos mirábamos atentamente a esta. Empezó a ir más lento hasta parar y apuntar a Nate. De cierta forma estaba aliviada de besarlo a él.

Me puse de cuclillas y me acerqué al ojiazul, él hizo lo mismo.

Lo pensé unos últimos segundos y corté la distancia que había entre ambos. Escuché como los de la ronda gritaban y aplaudían.

No fue un beso corto, tampoco largo. Duró lo suficiente como para poner mis manos en sus mejillas y él las suyas en mi cintura. Nos separamos por la falta de aire, con la respiración algo agitada. Le sonreí y volví a mi lugar.

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Mel se fue a bailar con un rubio que había conocido ahí, asi que quedé sola junto a Nate. Tenía mi cabeza recostada en su hombro, mientras que él me abrazaba con uno de sus brazos. Estaba pasándola bien, resultó ser alguien bastante simpático.

En algún momento de la conversación el ojiazul nombró a los strokes, una sonrisa apareció en mis labios y recordé a Alex.

Como si de alguna forma lo hubiera llamado, ví como el nombrado salía de la multitud junto a Matt.

Hicimos contacto visual por unos segundos. A pesar de la poca luz que había, ví como su ceño se fruncia.

Le dije a Nate que volvería y me levanté del sillón, dirigiéndome a ellos con una gran sonrisa.

—¡Hola! No sabia que iban a venir —dije un poco sorprendida.

—Si, Mel nos invitó. —habló Matt, sonriendo. Ví como una cara de sorpresa apareció en su rostro cuando vió como estaba vestida— Emma, te ves genial.

—Gracias, Matthew —dije dándole un abrazo.

Alex no dijo nada.

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Matt se había ido a buscar algo de comida y Alex bailaba con una chica que reconocí del instituto, llamada Lauren. Por lo que volví al sillón.

No ví a Nate allí y fruncí el ceño. Creí que fue a buscar algo así que lo esperé.

Habían pasado diez minutos y el azabache no había aparecido. Supuse que se había aburrido asi que -algo desilusionada- me fui.

Buscaba a Matt, después de todo era el único que estaba solo hasta el momento. Me dirigí a la cocina esperando encontrarlo ahí, sin éxito.

Entre toda la gente que había en la cocina encontré a Nate dormido en una silla y un vaso vacío en la mano, se veía realmente tierno. Me acerqué, le saqué el vaso y lo dejé en la mesa.

Un chico a mis espaldas servía las bebidas, así que le pedí un vaso. Después seguí buscando a Matt.

Salí y lo encontré en el porche de la casa. El frío airé rozo mi piel causandome escalofrios. Nos quedamos ahí hablando de cosas irrelevantes mientras yo bebía la gaseosa que había pedido.

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Revolvía el vaso con bebida algo impaciente, el aburrimiento me consumía y estaba durmiendome.

Había empezado a llover. Todos entraron y quedé yo sola. Algunas gotas de agua chocaban con mi piel al ser empujadas por el frío viento.

Ya no tenia nada que hacer ahí. Mel se había perdido con el chico rubio, Matt se fue hace unos minutos porque debía hacer cosas temprano y Alex seguía adentro.

Di un último trago a la gaseosa. Me levanté y entré a la casa buscando el baño. Sentía que mi vejiga iba a explotar en cualquier momento, sin embargo sentia la boca seca.

La casa era inmensa, di unas cuantas vueltas antes de encontrarlo. La puerta estaba cerrada, así que toqué.

Empecé a sentirme mareada, la música se escuchaba como un eco y me costaba enfocar lo que veía. No quise preocuparme y lo relacioné con el cansancio que tenía.

Unos minutos después Alex abrió la puerta con el cabello desordenado y los labios con rastro de labial. Atrás de él salió la chica con la que bailaba, con el cabello desordenado y el labial corrido.

Alex me miró confundido y escuché como decía algo que no lograba entender.

Entré rápidamente y vomité, ni siquiera tuve tiempo de cerrar la puerta, no sabía que me estaba pasando. Me sentía realmente mal. La cabeza me dolía al igual que el estómago, estaba mareada y escuchaba voces distorsionadas.

Fui al lavamanos y me lavé la cara. Me di vuelta y vi a Alex recargado en el marco de la puerta mientras me miraba con una expresión seria.

—¿Estas bien? —preguntó este con cierto tono de preocupación en su voz.

—Si, si. No pasa nada. —dije algo aturdida.

Me acerqué a la puerta dispuesta a irme de ahí. Había llamado a mis padres para que me buscaran, no tuve respuesta, por lo que tendría que ir caminando a la casa de Mel, que se encontraba más cerca. No llamé a Ed porque no quería molestarlo, fue suficiente con que me haya llevado a la fiesta.

—Gracias por preguntar —agradecí saliendo del baño.

Llegué a la puerta y vi que seguía lloviendo, solo que ahora con más intensidad. Maldecí para mis adentros. No estaba en condiciones para caminar sola bajo la lluvia y era consciente de eso, pero tampoco tenía otra opción.

No iba a preguntarle a Alex si podía llevarme. Se veía bastante ocupado con Lauren y no quería interrumpir.

Salí del porche y sentí como el agua me mojaba. Estaba muerta de frío, el aire que corría era helado.

Traté de acelerar el paso, sin tener mucho éxito. Había caminado media cuadra cuando sentí que gritaban mi nombre.

—¡Emma! —gritó Alex a mis espaldas, venía corriendo hacia donde yo estaba.—No piensas irte sola y caminando, ¿verdad? —dijo con ironía.

Tenía la respiración agitada. Su pelo estaba mojado, volviéndose más oscuro. Las gotas de agua caían por su piel y la lacoste marrón que llevaba puesta se le pegaba al cuerpo.

—De hecho, eso estaba haciendo —hablé como pude, me sentía débil. Culpé al cansancio otra vez.

—Estas pálida y tus ojos están rojos, Emma. No estás bien —musitó preocupado— Deja de ser testaruda por un momento y deja que te lleve a casa.

—Alex, estoy bien. Tú vuelve. —dije como en un suspiro, no tenia fuerzas ni siquiera para hablar.— No te preocupes.

Me dí vuelta para seguir caminando. Al menos eso fue lo que intenté, porque lo último que sentí fue como mis piernas se debilitaban y mis ojos se cerraban.

...

Holaas

Estoy intentando hacer lo capítulos un poco más largos, espero que así sea mejor

Seguramente voy a subir otro capítulo en un ratoo

Gracias por leer. 🤍

El chico de High GreenWhere stories live. Discover now