<<𝙳𝚒𝚜𝚌𝚘𝚟𝚎𝚛𝚒𝚗𝚐 𝚝𝚑𝚎 𝚝𝚛𝚞𝚝𝚑>>

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Letra cursiva: Punto de vista del narrador.

Letra normal: Mae narra.

El tiempo había pasado y el apellido Dixon se había hecho más que conocido y popular. La historia de aquellos tres chicos abandonados a su suerte en el bosque. Se habían convertido en unos grandes cazadores temidos por todas las criaturas, pues se sabía que la criatura que se enfrentara a ellos moriría en el mismo instante. Habían modificado sus propias armas, haciéndolas más potentes y poderosas. Se contaban leyendas acerca de ellos, pero ninguna era real, nadie sabía la verdad de cómo llegaron a estar solos en un bosque sin su padre. Ya eran jóvenes adultos, habían conseguido cambiar tanto física como psicológicamente.

Norman había dejado su cabello castaño crecer en una melena corta ondulada y Jeremy decidió seguir cortando sus cabellos dorados. Ambos habían trabajado duro para conseguir tener una espalda más ancha, llena de músculos marcados, al igual que sus brazos, piernas y cuerpo entero... Mae había dejado crecer su cabello castaño, al igual que su hermano mayor, hasta la mitad de su espalda.

El trío Dixon era buscado: Eran presas para otros cazadores envidiosos, egoístas. Siempre estaban en busca y captura, pero muchos de ellos dudaban de que esos tres hermanos existieran realmente pues, hacía mucho tiempo que alguien los había visto. 

Sabían que estaban en constante peligro cuando salían de caza, pero no les importaba, a ellos lo único que les importaba era su supervivencia y matar a demonios, y si hacía falta también a cazadores. Nadie se iba a interponer en su venganza.

El tiempo también había pasado para los hermanos Winchester, Dean seguía cazando con su padre, por supuesto que habían oído hablar de los Dixon, habían escuchado todas y cada una de las leyendas... Muchas de ellas eran tan fantásticas que creían haberlas sacado de un libro de fantasía. Habían pasado 12 años, 4380 días desde la última vez en que habló con ella, 105120 horas, 6307200 minutos, 378432000 segundos... Y ella siempre había estado en su mente. 

¿Volvió a verla?

Sí, Dean y ella se volvieron a encontrar, pero lo que le hizo Dean era imperdonable.

No le hizo falta abrir la boca para demostrarle cuánto lo odiaba. Una mirada lo dijo.

John quería volver a tener a los hermanos con él, pero sabía que era demasiado tarde. El trío Dixon se había ganado una buena reputación gracias a esas leyendas que se contaban de ellos y por las maneras en que mataban a los demonios y demás monstruos. Se arrepentía de lo que hizo aquella noche, día tras día, pero estaba todo hecho. No había marcha atrás.

Sam decidió vivir una vida normal y retirarse de la caza años después, no superó la supuesta muerte de su amiga a manos de su padre. Aquellas noches en las que estuvo llorando sin parar hasta dormir de cansancio, los días en los que no comía o se encerraba para no estar con su padre y hermano.

Aquello había sido demasiado para él.

Sam comenzó a estudiar una carrera donde conoció a Jess, una hermosa rubia. Pero con la llegada de Dean, todo volvió a empezar. La muerte de Jess, la desaparición de su padre, las continuas muertes y desapariciones de inocentes... Y la constante sensación de sentirse observado.

Sam y su hermano Dean caminaban hacia la habitación del motel en el que estaban pasando las noches mientras hablaban de su último caso, intentaban buscarle alguna relación con la desaparición de su padre, pero no fue así, no había relación. Sam se detuvo en seco, haciendo que su hermano lo mirase confundido, la expresión de Sam era como si hubiera visto a un fantasma, aunque ya había visto bastantes en su vida, pero esta vez era distinto. Su cara se volvió completamente blanca, su boca estaba ligeramente abierta y sus ojos eran como dos enormes platos llanos.

HUNTEROù les histoires vivent. Découvrez maintenant