<<𝙾𝚕𝚍 𝚝𝚒𝚖𝚎𝚜>>

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Estaba sentada sobre la cama tomando una taza de café cuando escuché voces provenientes de una de las habitaciones cercanas a mí. Aquel motel tenía las paredes tan finas que podías escucharlo todo, y cuando digo todo es todo. Reconocí la silueta al pasar por el lado de mi ventana.

Fue entonces cuando supe que Sam había salido de la habitación.

Me acerqué a la puerta para abrirla y lo vi, apoyado en la barandilla amarilla del motel en el que dormíamos. Al principio no se dio cuenta de que estaba allí, sonriéndole.

-Hola Sam.

-Mae, pensé que estarías dormida... ¿Estás bien?- Él inclinó la cabeza.

-Sí... solo pensaba- Concluí- Aunque eso debería preguntarte lo a ti.

Él se rió entre dientes.

-Así que tienes esos pensamientos nocturnos- Ignoró mi último comentario.

-¿Seguro que estás bien?- Se movió de su sitio, caminando para estar más cerca de mí- ¿Pasas?- Simplemente asintió y entró. Cerré la puerta tras él. Vi cómo escaneaba la habitación, supuse que sería como la que él compartía con Dean, sólo que en vez de haber  dos camas había una.

-Creí que dormías con tus hermanos- Negué sentándome en la mesa de madera que había en la habitación.

-Todos tenemos necesidades y bueno, a ellos les gusta compartir y son muy ruidosos... -El chico soltó una leve carcajada- Además, roncan demasiado fuerte.

-Dean me ha echado de la habitación - sonrió amargo mientras se acercaba a mí. Yo simplemente lo miré confundida- Discutimos- explicó- Y me dijo que me largara, su chica del bar estaba a punto de llegar y no quería que estuviera ahí.

-¿Dónde ibas a dormir entonces?- me crucé de brazos.

No me había gustado nada que Dean lo hubiera echado para tirarse a una tía... Se podía haber ido él a casa de ella.

Sam se encogió de hombros con una mueca despreocupada.

-En el coche- Respondió a lo que yo negué. Sí él pensaba que iba a dormir en un coche estaba equivocado.

-No dejaré que duermas allí, quédate - Solté sin pensar, Sam abrió los ojos mirando a la castaña- Siempre y cuando te parezca bien.

Sam se acercó más a mí, quedando un pequeño espacio entre nosotros.

Sam era más alto que yo, incluso cuando estaba sentada en la mesa. Observé sus facciones, sus hermosos ojos de cachorrito clavados en los míos, sus anchos hombros relajados a ambos lados de su cuello, su barba inexistente, su mandíbula.

-¿En qué pensabas cuando me has visto? Sabes que puedes decirme si algo anda mal, Mae- Él me tranquilizó.

Pensé en todas las veces que había acudido a mí cuando éramos niños y dormíamos juntos por tener pesadillas, ¿era esto lo mismo?.

-Lo sé... No puedo dormir, eso es todo.

-¿Sabes por qué?- Preguntó. No me estaba presionando para que le contase, solo estaba preocupado y su mirada me lo demostraba. Negué con la cabeza -¿Qué ocurre?- Con delicadeza tomó mis manos entre las suyas y las apretó ligeramente.

-Pensé que nunca te volvería a ver- Susurré, apartando la mirada de él. Necesitaba un contexto, sabía que lo necesitaba. Pero no podía decirlo sin llorar- Aquella noche, en la que perdí a mi padre, me dejé guiar por las ganas de venganza hacia vosotros- Sam asintió, entendiendo- Pero sabía que contigo no debería ir a hacer daño, tú no lo sabías... Y tampoco tengo ganas de perderos de nuevo...

HUNTERWhere stories live. Discover now