Ideas De Una Mente Desordenada

Memorias de un difunto

Hace meses que morí, pero aún la extraño, podría volver a la vida por ella, ella en algún momento fue mi razón de existir.

Aún recuerdo sus besos, y la manera en que pasaba sus manos suavemente por mi cara en el acto.

No sé si me reconozca, con estas manos esqueléticas y con esta mirada muerta que cargo, pues después de todo ya he sido enterrado.

Deseo que encuentre a alguien que la ame de tal manera, que supere la forma en que yo la amé, que le de el calor que le dí cuando estaba vivo.

Si mi destino es el infierno por mi vida en la tierra, mi cielo será el recuerdo de ella, pues nunca encontré alguien que me amara de tal manera.

Ahora ella no está, y el hielo se apropia de mis restos oseos, y las alimañas comen de mi carne descompuesta.

Deseo que muera de la manera más sutil, pues solo así podré verla, aunque sea un poco egoísta, si en vida no pude vivir sin ella, en muerte no podré descansar.

Me hace un poco de gracia, pues...

...ella fue la que me mató.