Capítulo Doce

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-Estas despierto.- Dijo con los ojos cerrados el mayor.- Eso es un alivio.- Confesó.

-¿Que sucedió?.- Preguntó dudando de si el azabache le diría la verdad.

-Son las dos de la mañana, duerme un poco más, te lo diré más tarde, ¿De acuerdo?.- Jungkook lo miraba a los ojos suplicándole paciencia, respiró tranquilo cuando Tae asintió de acuerdo. El menor se le quedó viendo a los ojos incapaz de despegar la vista, miraba a su esposo con tanta adoración que parecía contemplarlo y tal vez eso hacia. 

Bajó su mirada a los labios de mayor y mordió inconscientemente los suyos, eso le pareció bastante provocativo a Jungkook quien perdía la cordura poco a poco, Taehyung se estiró un poco más hasta que sus labios tocaron los contrarios, una danza que comenzó lenta, gentil y demostrativa que pronto perdió lo gentil al volverse hambrienta, el castaño gimió durante el beso al sentirse sobrepasado y solo es un beso.

Taehyung posó sus manos sobre el pecho del azabache tirado todo su peso sobre él para quedar a horcajas del mayor, jadeo al sentir el duro miembro de Jungkook presionar su trasero.

El mayor se encargó de tocar su cuerpo como solo él sabia hacerlo, gentil, amoroso, suave y delicado. En un abrir y cerrar de ojos el menor se encontraba acostado en la cama con Jungkook mirándolo con deseo, hambriento de volver a probar esos labios.

-Amor ¿Estas seguro?.- Pregunto agitado, su erección sintiéndose apretada en sus pantalones.

-Por favor Kookie.- Rogó jadeante, él lo quería más que nada, volver a sentirse en el paraíso, lugar al que solo Jungkook podía llevarlo.

Volvieron a unir sus labios en un desordenado beso, tan necesitado y deseoso. El azabache se enderezó quedando entre las piernas del castaño, se quitó la camisa bajo la atenta mirada de su esposo.

-¿Te gusta lo que ves?.- Preguntó lujurioso, mordiéndose el labio inferior provocativamente.

-Me encanta.- Susurró llevando ambas mano a su entre pierna, queriendo cubrir tímidamente su erección muy despierta, el mayor rio tierno por la timidez de su chico.

Se acercó lentamente, y toda la ropa de su cuerpo fue retirada en un santiamén, Jungkook gruñó pesado al ver el cuerpo desnudo bajo suyo, su miembro palpitó deseoso por enterarse en esa entrada, que ya estaba mojada solo por y para él.

Jungkook se sentía morir, empezó a repartir besos en el cuello del chico que temblaba por cada toque, dejando una que otra marca y pequeñas mordidas, bajó por la clavículas del castaño besando a su antojo la acaramelada piel, llegó a aquellos botones de un color café pálido y dejo besos en ambos, haciendo temblar a Taehyung.

Jungkook se concentró en jugar un poco con aquellas protuberancias, el menor se deshacía en gemidos y eso era la mejor sinfonía para Jungkook, que sonido tan perfecto.

Cuando se sació lo suficiente de aquellos pezones bajo un poco más repartiendo besos y dejando marcas por todo su abdomen, cuando llegó a su vientre besó con delicadeza aquel lugar que amaba tanto del cuerpo de su amado, su pequeñita pancita, tan suave y besable ante sus ojos, Tae se tensó cuando el mayor se quedó mirando las diminutas estrías que dejo el embarazo y se sorprendió en gran manera al escuchar lo que dijo.

-Tan perfecto y hermoso.- Susurró besando las pequeñas rayitas en su vientre, sus ojos se aguaron por lo perfecto que era Jungkook al tomarlo, tan delicado y gentil, tenia eso que lo volvía rudo en la cama y a la vez gentil una complementación perfecta. El azabache miró la muy despierta erección de Tae y sin pensarlo toda la longitud desapareció en sus labios.

-Ahhg J-jung-k-kook.- Gimió agarrando las hebras azabaches en sus manos juntando sus piernas a cada lado de la cabeza del mayor quien tomo las piernas de Taehyung y las separó lo suficiente para no lastimarlo, Jungkook saco el miembro de su boca besando la punta de este mirando a los ojos del menor.

La Última Puerta KookTaeWhere stories live. Discover now