La Última Puerta KookTae

Capítulo Catorce

Jungkook entro a lo que parece ser un bar, miró su alrededor y solo cuestión de segundos para sentir la fuerza de un Dios, avanzó hacia la barra y su paso congelo a cada ser humano se encontraba allí.

-Cielos, eso fue muy hábil muchacho.- Elogió el hombre.

-Me lo han dicho.- Dijo con desdén.

-¿A que debo la visita de un Dios como tu Jungkook?.- Preguntó directo, estaba impresionado, el niño que una vez conoció tan pequeño, ya no era un niño, era todo un adulto, grande, fuerte y se volvió apuesto.

-Tu primogénito intentó matar a mi esposo.- Confesó severo.- Mi padre mencionó algo de una Perla.- Dijo esa ultima palabra solo para que el hombre escuchará en su mente.- Además Jimin.- Al escuchar ese nombre el hombre parecía ceder a todo.- Es muy amigo de mi esposo, son como hermanos.- Jungkook sabia que el hombre podía no ceder fácilmente, pero un poco de manipulación no daña a nadie, claro si es por una buena causa.

-Si tu padre te envió déjame decirte que fue una misión suicida.- Gruño casi molesto.- Manipularme ¿A mi? ¿Niño acaso sabes quien soy?.- Inquirió indiferente.- El alma de tu esposo esta destruida no hay nada que eso  pueda hacer.- Jungkook ni se inmutó por lo ultimo dicho, digo estaba hablando con el Dios supremo del infierno, recibir almas es lo suyo.- Y esa cosa no puede curarlo.- Expresó refiriéndose a la perla.

-Tu hijo te necesita.- Susurró y no le dio tiempo a responder porque Jungkook se desvaneció en el aire, todas las personas que estaban en el bar empezaron hablar y reír. Soohyuk respiró pesado, sabia que su hijo estaba en la tierra pero era muy cobarde para buscarlo y restaurar su relación.

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Jungkook llego a la cabaña siendo recibido por sus hermanos y el medico, Yoongi ni preguntó ya sabia que Soohyuk se negó o más bien se quedo pensado.

-Lo encontré pero dijo que la perla no podía hacer nada.- Se sentó de golpe en una de los sillones y respiró cansado.

-Miente.- Confesó el pálido.- Y tranquilo te la dará.- Dijo tocando su cabeza varias veces y sonrió satisfecho.- A veces tener este don no es tan infernal como pensaba.- Bromeo contagiando de risa a los presentes.

-Estuve investigando esa piedra y descubrí algo muy perturbarte.- Manifestó el medico.- Esa cosa es destructora, fue creada con ese fin, si no se usa bien destruirá todo, todo. No quedara ni una sola partícula.- Concluyó.- Y nosotros no podemos usarla, solo tu.- Dijo mirando a Jungkook.- Eres el dios más fuerte por ende eres el único que puede usarla.

-No hablemos de esto por hoy.- Dijo irritado.- Solo quiero estar con mi esposo sin pensar que en cualquier momento se muere, ya estoy cansado.- Todo de si empezaba a tambalear, sus pensamientos ya estaban dispersados y sus emociones eran un tornado.- Yo no lo espere trece mil años para que al volver se me sea arrebatado otra vez, todo porque un maldito desgraciado con complejo de super Dios no pueda soportar su destino.- Yoongi se estaba mareando, su cuerpo comenzó a doler, su corazón latía a mil por minuto, Jungkook se estaba descontrolando y Yoongi no podía hacer nada en ese estado.

-Ti-Tienes que calmarte.- Susurró el pálido.- Respira.- intentó persuadirlo pero fue en vano el azabache seguía estresándose más y más.- ¡JUNGKOOK!.- Gritó desesperado, el dolor se hacia cada vez más fuerte.- M-Me estas matando, por f-favor r-respira.- Pidió lastimero, Namjoon se encontraba sosteniéndolo y Jongsuk hacia lo imposible por que Jungkook se calmara.- Calma- El menor de los Jeon se desvaneció en lo brazos de su hermano.