Capitulo 9

1.4K 205 7
                                    

Travis

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Travis

09 de noviembre

Aun no amanece cuando ya estoy frente a la casa de mi hermana, buscando respuestas que no pude conseguir la noche anterior.

La vieja madera rechina bajo mis pies, crujiendo con cada paso que doy.

Pienso en las palabras de Hanna, la forma en la que me miro, arrepentida con cada parte de su cuerpo.

Toco la puerta con mi mano hecha puño, azotando la madera.

Los segundos pasan, las luces del interior se encienden, no tarda mucho en aparecer la cabeza de Edgar, mi cuñado.

—¿Travis? —abre la puerta, ceñudo.

No espero que me invite, por cortesía lo haría, pero hoy no hay tiempo para esas trivialidades.

—¡Cassidy! —la llamo, bajo la atenta mirada de Edgar.

—¿Qué haces aquí? Son las cinco de la mañana —se queja, interponiéndose en mi camino.

Siempre he admirado a Edgar, diablos, admiraría a cualquier persona que pudiera soportar el temperamento de mi hermana. Se que le tiene un amor infinito, la cuida y protege siempre, gracias a él nada le falta a la castaña, eso hace que lo respete.

—Necesito preguntarle algo —informo, castañeando.

—Esta dormida —gruñe.

Lo observo. Su pantalón de pijama cuelga de sus caderas, junto a una playera de algodón color blanca, su cabello esta revuelto.

—¿Los he despertado? —inquiero, entrecerrando los ojos.

Rueda los ojos.

—Que genio —ironiza.

Maldición.

Diego suele repetírmelo sin cesar, a veces me comporto como un idiota, como si nadie me importara. Un gran defecto en mi persona.

—Es importante. Necesito hablar con ella —reitero, tan calmado como me es posible.

El recuerdo de Hanna vuelve a mi mente.

Necesito saber qué es lo que ocurre, conocer la otra parte de la historia. No me gusta la sensación de tener una venda en los ojos, la ceguedad.

—Suerte con eso —relaja los hombros—. Esta dormida.

Niego, sabiendo que significa.

Hay personas perezosas, solo quieren mantenerse bajo las cobijas y dormir una eternidad. No hay poder sobrehumano que pueda levantarlos. Cassidy es una de ellas.

—Deséame suerte —pido, dando media vuelta en dirección a la habitación principal.

—La mejor del mundo —dice con voz adormilada.

Vida Soñada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora