Poco tiempo después de los eventos en Savannah me vi forzado a crecer para sobrevivir, dejando atrás cualquier debilidad para no ser asesinado. Ser un líder o ser un seguidor... es algo que debo ser capaz de responder si quiero permanecer en este nu...
De pronto, escuchamos el rechinar de una puerta abrirse a nuestras espaldas, al girar hacia aquel ruido pudimos ver a un hombre entrando en silencio con una escopeta en sus manos, Roman y su grupo nos habían encontrado otra vez.
Carley se escondió en un estante cercano y al igual que antes, hice ruido con algunas latas para llamar su atención.
- Lo que nos faltaba... oye chico, comida y armas, ahora. –
- No tienes que hacer esto... podemos salir ambos de aquí con vida... - traté de ganar tiempo mientras alzaba mis manos en rendición.
- Estás ciego, enano? Mira la escopeta. –
- ¿Cuándo dejarán de perseguirnos? Dile a Roman que nos deje en paz, sólo nos estamos defendiendo... –
- ¿Quién mierda es Roman? –
Me quedé frío al escuchar esas palabras mientras veía a Carley cortarle el cuello a aquel hombre por atrás, un súbito disparo me hizo recuperar la concentración y pude ver que la escopeta se había disparado hacia el suelo.
- ¡Mierda! ¡Toma tu lanza y larguémonos! – me ordenó Carley mientras recogía mi mochila con los suministros.
Recogimos todo lo que conseguimos y escapamos de aquel lugar mientras escuchábamos gritos a la lejanía, eran más personas que en las veces anteriores y lo que más me aterraba es que ese hombre había dicho que no era parte del grupo de Roman.
Corrimos tanto como pudimos antes de encontrar un edificio abandonado en medio del bosque, estábamos rodeados por grandes árboles y con algo de suerte nos podíamos esconder ahí.
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Subimos al segundo piso de aquel edificio y nos ocultamos cerca de una ventana con esperanza de ver a los bandidos alejarse de aquel lugar.
- Esto es malo... las otras veces escapamos gracias a los caminantes pero ahora no hay ni uno... - pensó Carley en voz alta.
- No son del grupo de Roman –
- ¿Qué? –
- El hombre que mataste, no sabía quién era Roman, ellos son otros band---
Fui interrumpido por un disparo proveniente de los árboles, por suerte ninguno de los vidrios rotos nos llegó a impactar a nosotros pero ese disparo significaba que nos habían descubierto, si los demás bandidos llegaban entonces no podríamos escapar.
- Está aquí, ¡vengan rápido! –
- Carajo, ¡mantén tu cabeza abajo! – ordenó Carley mientras disparaba contra aquel hombre.
Me agaché manteniéndome fuera de vista para que no me dispararan, le pase tantos cargadores a Carley como pude pero poco a poco se estaba acabando la munición que habíamos acumulado.
- Mierda, me quedan pocas balas... -
- ¡Tenemos que salir de aquí! – susurré con miedo.
