«𝐸𝑠𝑡𝑜𝑦 𝑎𝑞𝑢𝑖 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑢𝑛 𝑛𝑜𝑠𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠»
João Félix y Antoine Griezmann son amigos desde que este último volvió a jugar para el Atlético de Madrid, su relación se forjó tanto que era muy raro verlos separados.
Sin embarg...
«He vuelto a pecar por no serte claro, por no consolarte en momentos raros. Tú eres tú, yo soy yo»
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Decir que me encontraba enojado y frustrado era poco para describir lo que verdaderamente estaba sintiendo, las cosas seguían siendo la misma miseria de antes; aparte de haber permitido que me vieran la cara de estúpido una vez más, me sentía tan malditamente solo, pues la única persona con la que podía hablar con confianza y seguridad, había dejado de hablarme —y mirarme —, desde hace días. Incluso, últimamente se la pasa tanto junto a alguien más, lo cual me molesta de sobremanera y me hace creer que no soy tan importante para él como creí que lo era, ya que de haber sido así, me hubiese explicado de manera clara qué era lo que le había hecho para que actuase de esa manera conmigo y hubiese buscado reemplazarme.
Tengo la sensación de que cuando me acerco, él se aleja más de mí.
Mi mente se llena de un sinfín de ideas que han surgido tras nuestra "separación", si es que se le puede llamar de alguna manera, pero al final del día siento que solo son ideas irracionales, que no explican lo que de verdad ha sucedido. Antoine nunca se había comportado de esta forma y tampoco esperé que fuera del tipo de persona que deja a alguien sin una explicación directa. No sé qué pensar.
Así que, el estrés, la frustración y un indescriptible enojo fue lo que me hizo tomar mi auto, sin importar que era muy tarde, para poder llegar a su departamento; ya no puedo más con el martirio, no soporto tener que darle tantas vuelta a las cosas sin saber qué es lo que sucede, además, desde que me di cuenta que tiene una extraña cercanía con Rodrigo de Paul inconscientemente empecé a acumular una especie de resentimiento que no había querido aceptar hasta ahora.
De solo pensarlo mi ceño se frunce a más no poder y me tenso, es tan incómodo y extraño.
Toqué la puerta de manera decidida, ignorando los mil pensamientos negativos que rondaban en mi cabeza, los cuales se encargaban de decirme que era un idiota por hacer esto y que quizás Antoine no iba a aceptar hablar conmigo, que me iba a echar del lugar y que nuestra relación empeoraría.
La puerta fue abierta después de un rato, los ojos celestes tras esta me observaron con un poco de sorpresa y al mismo tiempo, seriedad; me inspeccionó de pies a cabeza un par de veces, como asimilando que me encontraba en el mismo lugar que él, hasta que nuevamente levantó la mirada, sus ojos me hicieron sentir extraño, eran tan fríos y severos que por un momento me hicieron considerar salir corriendo del lugar, para escapar. Me sentía muy pequeño frente a él, no sabía porqué.
— ¿João? —su voz, su voz salió igual de fría que su mirada.
La incomodidad que había entre nosotros me caló hasta los huesos, mi corazón empezó a latir de manera rápida en ansiedad y tragué saliva, sin dejar de mirarlo.
