Capítulo 31

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Jimin apretaba los dientes, su lobo gruñia. Podía escucharlo todo, y las ganas de estampar su puño en el rostro del alfa no le faltaban. Hoseok le sostuvo la mano, suplicando con la mirada que mantuviera la calma.

─¿Por qué, Tae? ¿Por qué me estás haciendo pagar en tu lugar?─. Habló Jungkook, muy confundido con la situación.

─No lo veas así, solo te estoy pidiendo tiempo para dejarme procesar lo del divorcio. ¿Sabes? Es difícil dejar a la persona que amas─. Suspiró y colocó su mano sobre la ajena.

─¿Amar? Creó que en algún momento dejamos de amarnos, tal vez después de los primeros cuernos, o después de que me atacaste, solo nos acostumbramos el uno al otro.

En este momento algo en él le decía que era cierto, al menos en su caso comprendía que solo estaba resignado a vivir de esa manera.

─¿Eso piensas? Sé que haberte engañado no fue muy noble de mi parte, pero en mi defensa intenté hacer algo por ti y se salió de mi control.

De nuevo las excusas llegaban, la diferencia es que Jungkook ya no quería volver a creer.

─Si, ajá, cuéntame ¿con quién me engañaste?─. Dado que los planes resultaron diferentes a lo pensado, no estaba mal preguntar.

─No la recuerdo, creo que en su gafete decía Hana, ella era enfermera en el hospital donde te llevé cuando te intoxicaste─. Escarbo en su mente, dándole los pocos datos que pudo recuperar.

─Lástima que no recuerdes su rango, ya que rompiste nuestro lazo al menos deberías saberlo─. Respiro hondo, deseando no ir a perder la paciencia.

─Eso es lo único que puedo decirte de ella─. Taehyung guardó silencio, examinando cuidadosamente la marca en el cuello de Jeon.

Su lobo gruño, desesperado. De una forma u otra su marca perdía fortaleza en el cuerpo del omega. La misma se veía más rosácea, de modo que comenzaba a cicatrizar.

─¿Por qué tienes esa marca?

Interrogó respirando con la esperanza de no perder los estribos.

─Jimin me la hizo, no necesito decirte en qué circunstancias ¿o sí? Pronto será una marca oficial─. Habló apartando su mano del agarre en que Taehyung lo tenía atrapado.

─¿Qué hago? ¿Te felicitó por llenarte el cuello de basura?─. Escupió sin pensarlo.

─Solo terminemos con esta tonta guerra de una vez─. Cruzó los brazos sobre el pecho.

─Muy bien, entonces vamos a casa, podrás llevarte lo que necesites para tramitar la internación, iré a firmar cuando sea el momento de entrar─. Se levantó de la silla, de pie junto a la mesa observó a Jungkook, como esperando que decidiera.

Por dentro tembló de miedo y dudas, al parecer Taehyung solo quería hacerlo sentir mal, con lo cual creía que ser humillado por el alfa como lo estaba siendo era más que suficiente, ¿qué otro daño podría causarle?.

─Está bien, iré al baño, espérame en el auto─. Pidió, ya tenía una idea en mente, suponía que no podía irse sin haber hablado tan solo unos segundos con Jimin.

─Bien, te espero─. Le dio la espalda y se adelantó en salir del bar.

Jungkook tocó con disimulo el hombro del alfa sentado, giró sobre sus talones y caminó al baño, entrando en el segundo cubículo, unos segundos después escuchó la puerta y su cubículo fue abierto. Jimin ingresó después de él.

─No vayas, ya es demasiado, los chicos y yo podemos seguirte en los autos, pero ¿cómo haremos para saber si estás bien ahí dentro?─. Habló preocupado.

─Hagamos esto─. Acarició su mejilla─. Cuenta hasta diez, si no salgo de esa casa en diez minutos entra y sácame.

Jimin asintió, inseguro de ese plan, pero no podía fallar, tendría que soportar diez minutos con el corazón latiendo a mil y los ojos puestos en la puerta de la casa.

Una vez que culminó la conversación Jungkook salió primero, rumbo a la puerta del bar, Jimin salió después, les hizo una seña a sus amigos y cada quien tomó el vehículo que le correspondía, siguiendo el auto de Taehyung.

Minutos más tarde se situaron cerca de la casa, expectantes a cualquier cosa que pase. Diez minutos corrieron a partir de que Jungkook entrara en la casa.

─¿Qué papeles necesitas?─. Preguntó el alfa.

Jungkook le especificó algunas cosas como partida de nacimiento y certificado médico de psiquiatría. Taehyung asintió, fue a la habitación y trajo todo lo que se le había pedido.

─Ya está, deje todo lo que necesitas. Ahora por favor muéstrame el cuello─. La voz de mando atacó de repente.

─¿Q-Que?─. Jungkook odio a su lobo por rendirse en sumisión al pedido. No disfrutaba eso en absoluto, detestaba que los omegas fueran así.

─Buen chico, quieto─. Volvió a pedir.

Se acercó a Jungkook despacio, recostando su cuerpo en el sillón, con la lengua delineaba el cuello, con la mano pellizcaba el pezón debajo de la camiseta. El omega intentaba usar las manos para alejarlo, sentía placer si, pero ese era el único sentimiento que podía llegar a tener. Solo un acto reflejo de su cuerpo. El aroma en el ambiente se hizo más fuerte, ─maldición─ pensó, Taehyung entró en celo frente a él.

Jungkook solo podía pensar en llamar a su alfa, mientras le daba algunos empujones al hombre sobre sí, en vano, sin lograr gran cosa.

Afuera, Jimin contaba los minutos con ansiedad, uno tras otro. Golpeando los dedos sobre el volante. Nueve minutos, diez minutos, nada, Jungkook no salía de ahí. La voz desesperada del omega estalló en sus oídos, el alfa desprendió su cinturón de seguridad con torpeza, corriendo a su ayuda.








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