⁰¹;; Patys

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Era una tarde especial, aunque nublada, no dejaba de sentirse el sol caluroso y sofocante que las nubes conseguían aliviar un poco el paisaje playero.

—Perdiste, andá a tomar tu agüita Juliancito —Mandó un pelinegro al ver la pelota, que el juego demandaba mantener en el aire, en el suelo por no prestar atención.

Julián se insultaba internamente despegando su mirada que hace unos segundos admiraba la expresión concentrada de su compañero. De echo, para jugadores de fútbol experimentados el juego era una papa; pasarle a tu compañero la pelota sin que esta toque el suelo, manteniéndola en el aire, haciendo jueguitos de vez en cuando para tener más control de ella, pero ¿Por qué perdió?

Se torturaba mentalmente por distraerse en la sonrisa burlona y la mirada desafiante que a la larga lo haría perder la cordura y ahora por eso recibiría la penitencia de tomar agua de mar salada.

Volviendo a su lamentable realidad, a regañadientes se dirigía hacia la orilla del mar, pero para su fortuna a mitad de camino escuchó una voz femenina que lo detenía y lo llamaba junto a Enzo.

—¡Hola chicos! —Saludó emocionada, notaron que junto a ella había un chico sosteniendo una cámara que grababa el momento.

Ambos saludaron amablemente, intercambiaron algunas palabras mientras y ella hace la pregunta tan esperada de su programa...

—¿Se darían un pico por 2000$? —

Enzo se sorprendió por lo repentino de la pregunta, no terminaba de asimilar las palabras de la chica hasta que Enzo habló.

—Uh, con eso nos alcanza para unos patys —Afirmó emocionado.

Si antes Julián no terminaba de comprender la situación, ahora menos. Él se negó rotundamente.

—Dale Juu~ —Insistió —Solo es un piquito.

Finalmente lo único que le quedó a Julián fué someterse a las súplicas de su amigo, no es como si pudiera no hacerlo con esa caripela de cachorro callejero que le ponía, solo lo hacía suspirar pesado y resignarse.

Era una locura lo que iba a hacer solo para darle el gusto a la persona que ocultaba amar así que avergonzado solo calló y asintió a su petición.

Total, por los patys, si terminaba bajoneado ese día al menos comería bien.

No escuchó palabra provenir del contrario, solo lo vió acercarse sintiendo una mano en la cintura mientras él permanecía con los brazos cruzados, se sonrojó por el toque y serró los ojos por inercia sintiendo nada más la suavidad de unos labios chocando contra los suyos, el momento fué corto como ameritaban esa clase de contacto, pero lo sintió tan largo, el tiempo nunca pasaba mientras los nervios brotaban y su piel se erizaba, sentía unas ganas inmensas de seguir, de tomarlo de la nuca y no separarse más de él y lo sintió más necesario cuando los labios de su amado se separaron de los suyos.

Quería más.

Enzo en cuestión de segundos nota la reacción de su amigo que lo aparta lentamente con el brazo en su pecho, cabizbajo para ocultar su cara colorada de la vergüenza.

Victorioso el pelinegro recibe la plata que solo eran mil pesos, se sintió estafado.

—¿Y un chape por los otros mil? —Fué lo que dijo.

Julián no podía creer lo que le estaba pidiendo, por un pico a penas y pudo controlarse dudaba de que algo más duradero le hiciera perder la cordura ahí mismo.

El pelinegro lo volvió a ver con una mirada cómplice, complicidad que no podía corresponder el contrario.

—Julii~ por los patys —

Si claro, ni el mismísimo Enzo se la creía, esto ahora iba más allá que una simple cena asegurada.

Julián no dijo nada y solo se dejó hacer, sintió su respiración serca de vuelta, demaciado tarde para poder rechazarlo y saboreando esos finos labios otra vez ensima de los suyos.

El sudor caía en picada por la frente del más bajo, sus manos le temblaban mientras trataba de seguirle el ritmo a su amigo. Sentía que se estaba volviendo loco en la eternidad de aquellos segundos, pero debía contenerse para no arruinarlo.

Entre pensamientos sintió otra vez la ausencia de los labios ajenos y sin poder hacer nada se separó igualmente, desepcionado.

Desepcionado porque no quería que solo fuese un intercambio de morbo por dinero, aunque no iba a negar que le gustaba creer que estaba en el cielo por un segundo, quería que fuera auténtico.

Después de eso solo pudo ver a la chica entregarle el dinero a su compañero y seguir su recorrido.

—No estuvo tan mal ¿Eh? —Dijo Enzo.

—Ya tenés tu plata, ahora déjame de joder Enzo —Respondió dándose la vuelta, dispuesto a irse a una cantina serca, necesitaba un trago, pero un agarre firme en su mano lo detuvo.

—Eu, Juli ¿Qué te pasa? —Interroga acercándolo a él nuevamente.

—Nada, andá a comer, hambreado —Desvía la mirada del contacto visual que imponía el otro.

Enzo, de nuevo con el agarre en la cintura del mayor lo hizo retroceder hasta chocar con la sombrilla.

—Pues vos parecías más hambreado que yo —Cuestiona acercando su cara.

Julián lo miro de frente aunque eso significase no poder despegar su vista de sus ojos profundos y amenazantes otra vez.

—Si, un hambre tengo yo —No aguanta más y lo besa, sosteniendolo de las mejillas con las dos manos.

En cambio Enzo no lo separó ni protestó, en cambio siguió el contacto repentino y desesperado, alejándose únicamente para poder ver la expresión sonrojada y suplicante del más bajo.

—¿Eso nomás? —Río

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No sé que estoy haciendo con mi vida
Ah, me inspiré de un tiktok.

One shots;; EnzolianWhere stories live. Discover now